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Víctor Hugo y los ignorantes

Dice el Diccionario que ignorantes es el «que no tiene noticia de algo», y por eso me da risa cuando alguien trata a otro de ignorante pretendiendo insultarlo. Si, como dice la Academia, ignorante es aquel que ignora algo, me temo que los seres humanos sabemos muy poco de casi todo, porque los campos del conocimiento son muchos y muy amplios; es decir, podríamos afirmar que ignorantes somos todos.
DSCN2410.JPGEn realidad los mayores ignorantes que existen son aquello que creen saberlo todo, porque ignoran lo básico: nadie sabe todo de todo. Al final de su vida, hicieron un homenaje al gran Victor Hugo, toda una institución del siglo XIX francés, no sólo por su obra literaria, muy respetada y valorada entonces y ahora, sino por su implicación política, social y de todo tipo. Todo un personaje Victor Hugo, y en este homenaje quien pronunció el panegírico lo llamó sabio. Entonces, el gran hombre, se levantó y dijo solamente: «¿Sabio yo? ¡Dios Míos! Si daría todo lo que sé por la mitad de lo que ignoro». Efectivamente, Victor Hugo era un sabio porque sabía lo fundamental, que podemos saber algo o incluso muchísimo de muchas cosas, pero ignoramos mil veces más de lo que una vida da para aprender.

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A Dios rogando…

Por lo visto ayer fue un día de oración tan importante que Zapatero se fue a Estados Unidos para rezar junto a Obama. Esta debe ser una oración muy especial, porque no se hace en un templo, santuario o lugar sagrado, sino en el hotel Hilton de Washington, el emblema del lujo, el poder y el dinero. Obama no quiere venir a Europa porque tiene un problema en casa, y Zapatero, que preside España y Europa, de fue a rezar a orillas del Potomac.Tiró del Deuteronomio y dijo: «No explotarás al jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus compatriotas, o un extranjero», Y eso lo soltó en toda la jeta del la crema del capitalismo. No sé si eso son agallas o suena más bien como ir a provocar al león en su guarida.
zora.JPGLos poderosos, influyentes y amos de casi todo elevan sus plegarias desde un áureo salón enmoquetado, y eso seguro que tiene mejor entrada que si rezaran unos pobres en un inhóspito espacio sin calefacción. Tal vez, quienes hoy se reúnen a desayunar y rezar (es cosa rara porque siempre la oración suele ir acompañada de ayuno) debieran dejar de darse golpes de pecho y actuar por sí mismos. Tienen todo el poder, pueden cambiar el mundo si se lo proponen, pero lo único que hacen es rezar.
Se pide la intervención divina cuando las posibilidades humanas han sido rebasadas, pues el lema de ese desayuno es «rezar como si todo dependiera de Dios y trabajar como si todo dependiera de nosotros». Y en este caso simplemente tienen que actuar en consecuencia. Ellos tienen las respuestas, pero, como siempre, pasan la pelota, y ahora nada menos que a Dios. Al ver tanta hipocresía puesta de largo veo que la Humanidad no tiene solución, porque cuando alguien tiene en su mano la solución lo único que hace es rezar. Dios nos coja confesados.

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El invencible Nelson Mandela (Invictus)

Hace hoy 20 años que fue liberado Nelson Mandela de Robben Island, la isla-cárcel que está frente a Ciudad del Cabo, después de 27 años de prisión. Firmó su liberación el nuevo presidente sudafricano Frederik Willem de Klerk, que había sustituido al segregacionista Pieter W. Botha. Klerk entendió que se acercaba un tiempo nuevo y que la supremacía blanca tenía que dejar paso a una auténtica democracia igualitaria.
zm4.jpgNelson Mandela abandonó Robben Island cargado de prestigio, pues si bien había practicado la lucha armada como última alternativa, acabó por entender -y lo que es más importante, que los demás entendieran- que la resistencia pacífica es un arma muy poderosa. Claro que, para practicarla hay que tener mucha fe, mucha paciencia, una resistencia infinita y una fortaleza de ánimo casi más allá de lo humano. Mandela tenía todo eso, forjado a base de sufrimiento, pero sobre todo tenía las ideas muy claras y un talento político sólo comparable a su tremenda humanidad. Con tanto dolor a sus espaldas, es casi imposible encontrar una foto en la que no esté sonriendo.
Ahora que se estrena la película Invictus, no debemos dejarnos llevar por la espectacularidad del cine, porque la figura de Mandela es un símbolo más poderoso que la fanfarria de una banda sonora. Y digo esto sin haber visto aún la película, contando con que será buena como suelen ser todas las dirigidas por Clint Eastwood, y sabiendo que Morgan Freeman, haciendo de Mandela, estará tan bien como siempre. Pero Mandela es mucho más que un personaje de cine. Trato de hacer memoria y no consigo encontrar una figura histórica de su envergadura en muchas décadas hacia atrás, y eso que me he fijado en Gandhi, Teresa de Calcuta, Luther King, todos buscadores de la libertad desde la no violencia. Tal vez la diferencia es que Mandela se hace grande en el sufrimiento y esto lo convierte en invencible. Hoy, 4 de febrero, es un día para celebrar al gran Nelson Mandela, en sus 92 años duramente forjados.