Sobre la naturaleza humana
En estos días, a raíz de la tragedia de Haití, he leído y escuchado algunas reflexiones sobre la naturaleza humana que traigo hasta aquí porque me parecen importantes y a la vez terribles. Algunos han venido a decir que la tendencia humana es hacia el mal. Se apuntala esta idea con que es mucho más fácil hacer el mal que el bien, y como ejemplos ponían las cien o más formas que hay para romper un vaso y ninguna para reconstruirlo, o las mil maneras de matar y ninguna que haga resucitar.
Todo esto choca con la idea racionalista de Rouseau, que afirmaba que nacemos buenos y es la sociedad la que nos convierte en malvados. Proponía en su obra más conocida cómo se aisla a un niño desde su nacimiento para evitarle su contacto con la maldad. Esto a su vez choca con los clásicos griegos, que afirmaban que el hombre es un ser social. Y no tomo posiciones, pero me horrorizo cuando veo cómo grupos humanos sacan beneficio de la desgracia, con el tráfico de huérfanos y otras ruindades abominables.
Tampoco hacía falta un terremoto para saber que esto sucede a diario en cualquier punto del planeta, porque el comercio y la explotación de unos seres humanos por otros es constante. Y de todas las afirmaciones que he leído, la que más me ha hecho pensar es una que dice que la única manera de evitarla maldad humana es prohibiendo cosas. Suena muy mal, pero si lo miramos detenidamente vemos que la convivencia en los estados modernos se basa en el Derecho, y la mayor parte de las leyes consisten en prohibiciones. Habrá que darse otro atracón de pensar.