Los derechos de autor

Vivimos un tiempo nuevo en el que los antiguos esquemas se han venido abajo, porque el vuelco que ha dado la Sociedad de la Información es sólo comparable al de la invención de la imprenta e incluso al de la escritura. Y con este nuevo mundo no sirven los viejos sistemas, con el agravante de que los cambios ahora son muy rápidos, y en diez años la sociedad ha cambiado el equivalente a lo que antes mudaba en siglos. Por ello es necesario establecer nuevas reglas para esta nueva forma de jugar, y los internautas han declarado la guerra a todo aquel que pretenda limitar su derecho a tomar cualquier cosa que esté disponible en la red. Pero esto choca con otros derechos, y el más claro es el de que un autor reciba un beneficio por lo que ha creado. Esto siempre ha sido así, y que yo sepa no ha cambiado el derecho a la propiedad, y a la intelectual tampoco.
a10.JPGPor lo tanto, hay que entrar en ese nuevo mundo con el Derecho en la mano, y para ello hay que legislar, porque quienes fabrican la cultura son trabajadores que si no cobran dejan de producir. Y eso sí que sería una catástrofe. No confundir los derechos de autor con la gestión de la SGAE, porque hay derechos, como lo de los libros, que no pasan por ahí, sino que se gestionan directamente entre autor y editor. Y se meten en el mismo saco muchas cosas. La gente está que trina con la SGAE, pero ese es otro tema, pues quienes deberían cabrearse son los socios, porque todo ese dinero que entra por el canon en los aparatos de reproducción es un agujero negro que los propios socios no entienden porque nunca reciben un solo euro, aunque hayan fotocopiado o grabado una canción, un libro o una obra de teatro suya en un lugar recóndito.
La idea de la ministra de Cultura de cerrar sin orden judicial una web es un disparate, pero no cojamos el rábano por las hojas, porque esto no significa que quienes bajan contenidos con autoría puedan hacerlo sin pagar por ello. Lo de que la cultura es de todos suena muy bien, pero quienes la hacen realizan un trabajo y debe ser compensado. También son de todos los hospitales públicos, las carreteras y los colegios, y lo son porque los pagamos entre todos. Por lo tanto, la cultura también. Y es tremendamente demagógico todo esto, porque quien pretende bajarse películas, libros o canciones gratis paga su línea ADSL, ha pagado el ordenador, la electricidad con que funciona y la mesa que lo soporta. Lo paga todo sin rechistar, pero no quiere pagar al autor de los contenidos que consume.
Y todo esto hará que cambie mucho la industria cultural, pues con el libro digital pasará lo mismo que con los discos, y se verán afectados distribuidores, libreros, impresores y personal de las editoriales. Así que, sentémonos a pensar en soluciones justas porque tirarse al monte sólo conducirá a ahogar la cultura libre que se pretende defender.

Un comentario en “Los derechos de autor”

  1. Yo compro un libro, pago. Se lo presto a alguien y no pago. Y eso es lo que quiere la sgae: que pagues cada vez que lo cambies de manos. Un actor hace una película y cobra. Cuantas veces se pase la película después paga unos derechos de autor, pero el actor no vuelve a cobrar, es la sgae. ¿Te suena el cuento?
    Además, quieren que les pagues una parte por ir a la librería, por el medio de transporte que has usado, por el tiempo que has estado, por los libros que has ojeado, por el estante en que lo guardas… y por lo que se me quede en el tintero. Ese es el problema. Lo otro, lo de bajar gratis las pelis es algo que todo el mundo sabe que cuando se acabe se acabará. Pero lo que los internautas piden (pedimos) es menos abuso cobrando para la mierda de servicio que dan. Cobran a una radio por poner música y me quieren cobrar a mí por por escucharla. Mamoncines.
    Échale un vistazo al blog de Eladio y verás más razones.
    Saludos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *



El contenido de los comentarios a los blogs también es responsabilidad de la persona que los envía. Por todo ello, no podemos garantizar de ninguna manera la exactitud o verosimilitud de los mensajes enviados.

En los comentarios a los blogs no se permite el envío de mensajes de contenido sexista, racista, o que impliquen cualquier otro tipo de discriminación. Tampoco se permitirán mensajes difamatorios, ofensivos, ya sea en palabra o forma, que afecten a la vida privada de otras personas, que supongan amenazas, o cuyos contenidos impliquen la violación de cualquier ley española. Esto incluye los mensajes con contenidos protegidos por derechos de autor, a no ser que la persona que envía el mensaje sea la propietaria de dichos derechos.