¿Por qué no dicen lo que quieren decir?
De un tiempo a esta parte hay mucha gente que tira la piedra y esconde la mano, y observo que se hace como el que no quiere la cosa usando el apogeo de los programas de chismorreo.
Hay quien está echando balones fuera propugnando disputas sobre cuestiones que ya están sobrepasadas o que son secundarias, porque ya me dirán qué calado político tiene que la Reina vaya o no vaya a los toros.
El pícaro ciego sabía que el lazarillo cogía las uvas del racimo de tres en tres porque él las cogía de dos en dos y el otro no protestaba, y si los monárquicos alientan semejantes bizantinismos no es porque quieran debatir la halagadora dualidad monarquía o juancarlismo.
Lo que se pretende ocultar es el debate claro, transparente y bipolar sobre monarquía o república, porque alguien ha destapado la caja de Pandora. Quieren desviar la atención grave hacia cuestiones baladís, pero el ciego de El Lazarillo de Tormes ve hasta el ojo de una aguja. Para eso sirven los clásicos.