La entrega de los Goya debería marcar el momento más importante del año en el cine español, y es verdad que se trata de un momento muy publicitado, pero es evidente que tienen más tirón los Globos de Oro y los Oscars. Es normal, puesto que la publicitación de ambas galas es tan abrumadora, y el dinero que hay detrás de la promoción de las películas americanas es tanto, que cualquier intento de competir es vano.
Pero debemos mirar también hacia adentro, y no olvidar que José Luis Cuerda o Javier Fresser son directores como Oliver Stone o Sam Mendes, que Verónica Echegui, Carmen Elías, Diego Luna o Jordi Dauder se dedican a la interpretación como Meryl Streep o Sean Penn, y que también en España el cine es una cajita mágica que finalmente llega al espectador como cualquier otro-dependiendo del interés que capta del espectador.
Pero, ¡ay! La publicidad se adueña de todo, y aunque la mayor parte de la gente no haya visto las películas de Hollywood saben de qué van, y acabarán viéndolas en la televisión o alquiladas en un videoclub. Es una lucha desigual, y encima los medios más afines a la derecha hacen contrapropaganda del cine español -que es una industria, no lo olvidemos, y crea puestos de trabajo- desde que los cómicos se hicieron notar contra la guerra de Irak. Este país es implacable, por eso mañana por la noche veré la gala de los Goya.
3 opiniones en “¿Sabían que los Goya son unos premios de cine?”
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Lamento no estar de acuerdo. Valga de ejemplo un libro tuyo, «Crónicas del salitre». Dices que se publican 40 de unas 70 por cuestión de espacio para publicar, que el libro saldría muy grande. ¿No será que al ser subvencionado saldría muy… caro para gastar por parte de los (ir)responsables culturales? ¿No será que para esas cosas no hay dinero, pero sí para organizar festivales destinados a gente pija y rica? Tú, claro, qué vas a decir. Se te publican 40 y gracias. A ver si después no te publicaran otra.
Pues lo mismo son los «artistas» de los Goya. Siempre son los mismos, mamando de la teta pública, haciendo bodrios de películas que no se traga casi nadie. Gandules, chupones, que suplantan a gente que quiere hacer cosas y que no puede, porque el presupuesto es para los ramoncines, tedis y resto de buitres. Eso, en las letras canarias es aplicable también, ¿verdad?
Por cierto, el libro es bueno, y lo que únicamente se lamenta es la no inclusión de las crónicas que faltan.
Te he dicho ya que soy muy seguidor de Rafael Romero, incluso más que de Alonso Quesada. Y tu obra es una muy digna continuadora. Y también te he dicho que estoy a la izquierda de la izmierda… no me vayas a confundir con un ciberpepiño. O pepero. Que no hay diferencia.
Saludos.
Con respecto a lo que opinas sobre el cine, nada que objetar. Sin embargo, en la comparación que haces con la publicación de «Crónicas del salitre» tengo que puntualizar dos cosas:
1. Da la impresión de que ese libro lo publicó el Gobierno y no es así. Si hay subvenciones institucionales a las editoras no es asunto mío.
2. Publiqué 40 de las 70 por decisión propia. Con ello conseguía que el libro no se alargara demasiado y al mismo tiempo dejé fuera las crónicas que menos se ajustaban a una línea narrativa que las contuviese a todas. Quería darle unidad al libro, porque publicar cada domingo en un periódico es una cosa y hacerlo de una vez en un tomo es otra. No quería una recolección de crónicas, sino un texto narrativo homogéneo. Que lo consiguiera es otra cosa.
3. Por otra parte, se subvenciona la cultura, es verdad, pero hay que recordar que también se subvencionan los deportes, las murgas de carnaval, el comercio, y ahora mismo hasta la banca. Tampoco hay que rasgarse las vestiduras, otra cosa es que se piense en otro tipo económico de Estado. Pero esa es una película muy larga.
Nada más gracias por prestar atención a mi blog y a mi libero.
Yo sigo pensando que una cosa es subvencionar la cultura (que se hace muy poquito) y otra mantener a toda esta cuadra de mamones que soportamos. No es lo mismo subvencionar a una murga que traerse una Belén Esteban, pongamos por caso.
Es, efectivamente, una discusión muy larga, pero ese es el objeto de este carteo, de este blog. Discutir (mejor, debatir) eternamente sobre la cultura. No se me ocurre otro tema mejor.
Y lo peor es que me gusta.
Saludos.