DOMINGOS IM-POSIBLES (II)

Cine a fecha fija
No recuerdo si antaño, cuando la televisión aún no era la dueña de nuestras vidas, los cines programaban películas especialmente navideñas. Si recuerdo que en Semana Santa nos ponían año tras año Los Diez Mandamientos, Espartaco y toda una lista de películas que llamábamos «de romanos», aunque tratasen de griegos, egipcios o babilonios, y que en la mayoría de los casos nada tenían que ver con la crucifixión y muerte de Jesucristo. Las había, eso sí, que como La túnica sagrada o Rey de reyes sí trataban del tema, o aparecía en la resolución de la historia como en Ben-Hur.
El caso es que nos colocaban películas sobre el mundo antiguo en Semana Santa, fuesen Jasón y los argonautas, Hércules o ¿Quo vadis? Cuando la televisión comenzó a generalizarse, copió este tipo de programación, y metió la Navidad en su escaleta. Y por razones que desconozco, en alguna cadena emiten Lo que el viento se llevó, que no sé yo qué tiene que ver con la Navidad.
quebelloesvivir.jpgSiguiendo esas reglas, en la noche de fin de año debieran emitir Havana, pues narra la noche del 31 de diciembre de 1958, cuando los castristas entraron en La Habana y derrocaron a Fulgencio Batista, o Memorias de Africa, donde Robert Redford besa por Año Nuevo a Meryl Streep. De ese modo, tendríamos un canal en el que emitiesen una especie de efemérides cinematográfica, pero no lo hacen, y siguen conservando ese sabor antiguo en la Semana Santa y nos cuelgan las mismas películas en Navidad, aunque nada tengan que ver con estas fiestas. Y es que, para Cuento de Navidad, el de Dickens, pero, mira por donde, esa no la ponen nunca, y por el contrario casi siempre cae Mujercitas, que si se relaciona con la Navidad es acaso por el paisaje nevado que rodea la casa de la chicas.
No, no me he olvidado, ya sé que la película navideña por antonomasia es ¡Qué bello es vivir! el magistral film dirigido por Capra y en el que James Stewart borda una de su mejores interpretaciones. Es una especie de cuento de Navidad, con un malvado tremendo y unas pobres gentes que están a su merced. Ahora vendría bien, puesto que el malvado es un avaro terrible y quien salva al pueblo es un banquero que está al borde de la ruina. Esta película se la pondría yo en sesión continua a los consejos de administración de esos bancos que han desencadenado esta crisis, a ver si aprenden lo que es la misión social de un banquero.
Nadie puede discutir la calidad de ¡Qué bello es vivir! Sin embargo, en lugar de repetírsela a los banqueros nos la repiten a nosotros cada Navidad (algunas, yo he visto que la han programado en varias cadenas) y, la verdad, a veces se vuelve inaguantable. Y es que esa película la hemos visto durante años junto a personas queridas que luego no están, porque viven lejos o simplemente ya no viven. Hace ya muchas navidades que cambio de canal cada vez que me tropiezo con esta hermosa película, pero es que me la sé de memoria y me trae recuerdos dolorosos, porque funcionamos con los reflejos condicionados (los sentimentales también).
Y, aunque la repitan hasta el cansancio, qué gran película es ¡Qué bello es vivir!

Un comentario en “DOMINGOS IM-POSIBLES (II)”

  1. Mi película fue Mary Popins, para estas fechas. Pero ya pasa uno de la televisión, de la que veo que estás muy al corriente. 🙂
    Me he propuesto leer «Los hermanos Karamázov» de una vez. Y en ello estoy. Tú síguenos avisando de la cartelera… Cuando pongan Casablanca, avisa, oye…
    Saludos

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