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El capitalismo

Es evidente que el sistema capitalista es el que impera en todo el mundo, salvo en paises como China, Cuba o Vietnam, donde los medios de producción no son de propiedad privada. El dinero, siempre el dinero.
peseta.jpgNo voy a hacer un ataque al capitalismo porque tampoco tengo demasiados argumentos a favor de los sistemas emanados de los regímenes comunistas, al menos hasta hoy, porque ninguno ha conseguido ese ideal que se perseguía en el Manifiesto Comunista de 1848. Pero es evidente que cuando el capitalismo se adjetiva como liberalismo económico o imperialismo, avanza por una senda que, además de injusta por razones obvias, es suicida para el propio capitalismo, que en su afán de acumularlo todo puede llegar a bloquear el sistema, que es el gran peligro de la actual crisis económica.
Sobre todo después de la II Guerra Mundial, el capitalismo descansa en el mercado y este en el consumo. Cuando criticamos el consumo a menudo no nos damos cuenta de que esa es la fuerza motriz de la noria. Lo más terrible es que el propio capitalismo ha ido labrando su ahogamiento con tanta voracidad. A ver qué hacen ahora, ¿llamar de Keynes como hizo el Presidente Herbert Hoover en la Gran Depresión? Keynes no está, pero entonces, como ahora, la paradoja es que finalmente el capitalismo corre a cobijarse en el intervencionismo de los estados. Como dicen en mi pueblo, agárrense que vienen curvas.

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Agua

El agua es el elemento fundamental de la vida terrestre. Dicen que todos los procesos biológicos que han conducido a la rica diversidad del planeta comenzaron en el agua. iguazú.jpgLo que sí es cierto es que el agua ha sido siempre un factor determinante, y lo vemos en las fundaciones de las ciudades, que suelen nacer junto a un río porque es el que le da posibilidad de sobrevivir. Cada ciudad histórica tiene su río, y no es por casualidad. También el agua es cómplice de la belleza.
En Canarias, el agua ha sido siempre motivo de inquietud. Las hambrunas canarias fueron consecuencia de las sequías, y ahora mismo esto sería un desierto si no fuese por las potabilizadoras. Pero, ¡ay!, desalamos agua a base de petróleo, y eso es algo que no consigo entender a estas alturas, porque si hay un lugar sobre la tierra rico en energías alternativas (sol, viento, oleaje) ese es Canarias.
De hecho, hay quien afirma que si las guerras actuales son por el control de la energía, las del futuro serán como las primitivas, por el control de agua. Y mientras tanto, la derrochamos en destinos inútiles, del que sólo se benefician unos pocos.
(En la foto, las cataratas de Iguazú)

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Newman, el hombre nuevo

Paul Newman ha muerto. Parece un disparate, una obcenidad, porque las leyendas se supone que no mueren. Tengo la impresión de que Newman no ha muerto o en realidad lo estuvo siempre, porque siempre lo vimos como un ser irreal, guapo, elegante, generoso, valiente, discreto: perfecto. No era un actor, era el actor.
paul newman1.jpgDirigió, además, seis películas, todas muy buenas, y una, Rachel, Rachel, que es una obra maestra. John Huston escribió en sus memorias: «Sólo conozco a tres grandes actores que sean también grandes directores: Wells, Chaplin y Newman. Sólo conozco a tres grandes directores que sean también grandes actores: Wells, Chaplin y Newman».
En mis años de servicio militar había un sargento de película, que cuando quería reforzar un juramento invocaba a Paul Newman. «si esto no es verdad, que se muera Paul Newman», «Te voy a tener a paso ligero hasta que Paul Newman se vuelva feo»… Y Paul Newman no se iba a morir porque en el imaginario colectivo era un icono inmortal, y nunca se volvería feo, como no fuera por el maquillaje para representar al castigado boxeador Rocky Graziano en la película Marcado por el odio.
Después hemos sabido de su compromiso, su generosidad (160 millones de dólares de beneficio de su empresa de salsas donados todos a obras sociales sólo en 2007), y siempre hemos sabido de su gran talento como actor. Tenía la elegancia de Cary Grant, la dureza de Bogart, la profundidad de Montgomery Clift, la rebeldía de Dean, el desparpajo de Gable y la fuerza de Brando. Y un físico único. Ha muerto con la misma discreción con la que vivió. Fue uno de los grandes, pero sobre todo fue una buena persona, ese hombre nuevo que aparece en su apellido.