El seis de agosto de 1945 fue lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima la primera bomba atómica contra seres humanos.
El 9 de agosto, tres días después, lanzaron una segunda bomba sobre la ciudad de Nagasaki. Lo que aquello significó en la historia de la Humanida ha sido más que debatido, pero hoy, 63 años después, conviene recordarlo. Está claro que no hemos aprendido nada de nuestros errores, y el hombre sigue preparándose para destruir al hombre, porque por este camino volaremos todos en pedazos.
Y como siempre digo, siempre conviene no olvidar a los responsables de tanta desgracia: a Harry Truman, el Presidente norteamericano que dio la orden y a Paul Tibetts, el piloto que pretó el botón de la destrucción masiva. La memoria es una obligación de la Humanidad.
Un comentario en “Muerte nuclear”
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Al parecer, muchos insisten en que no tengamos memoria.
Por ejemplo, esta semana ha fallecido unos de los mejores escritores de todos los tiempos, Alexander Solzhenitsin. Además de su estilo literario, destaca especialmente su compromiso con esa memoria que siempre nos juega malas pasadas. Un modelo de vida y de conciencia que pasará a la posteridad precisamente por eso, por su compromiso, su memoria, y su lealtad a su conciencia y a la de los demás, que en cualquiera de sus escritos se refleja. Y lo curioso es que no se le ha reconocido, como se debe, a una figura de tanto calibre. Y así también, con otros muchos…
No olvidar es también no repetir errores, y de eso, nosotros los canarios, sabemos poco, en mi opinión. Tendremos que aprender.
Saludos