Supongo que se llaman rancheras porque nacieron en los ranchos, aunque la mayoría son valses y habaneras, como se ve en las versiones de Buika y Sasha.
Siempre se empieza con música, y como las rancheras forman parte de nuestro imaginario popular, no está mal hacerlo con rancheras, pero unas muy especiales. Me refiero a la recreación de los clásicos mexicanos que conocimos en las voces de José Alfredo Jiménez, El Trío Calaveras o Lucha Villa.
Hay versiones de rancheras que ponen los pelos de punta, como la que hizo Caetano Veloso del Cucurrucucú paloma para la película de Pedro Almodóvar Hable con ella. Otra versionsita de rancheras que impresiona es la mexicana Sasha Sokol, y sin duda me he quedado mudo al escuchar lo que hace Concha Buika con el Volver, volver de toda la vida.
No me sorprende lo de Concha Buika, porque ya nos tiene acostumbrados a mezclar hip-hop, copla y lo que haga falta. De manera que para ella una ranchera es pan comido. Y tanto con Sasha como con Buika está de por medio Javier Limón. Él sí que sabe.
Tuve la oportunidad de escuchar a Concha Buika cantar ‘Volver volver’ en enero en el Instituto Cervantes y puedo asegurar que en directo gana muchísimo. Tuve la piel de gallina desde que empezó hasta que acabó.
Por cierto, bienvenido a la gofiosfera. Para los que te leíamos en papel, será un placer seguirte desde la lejanía en formato digital.
Bienvenido a la columna esta que compartimos a la derecha de la portada. Que no fuera de la portada.
Gracias. Soy viejo en la escritura pero nuevo en esta autopista. A ver qué pasa. Gracias.
No sé por donde andas, pues deduzco por tus palabras que estás fuera de Canarias. En todo caso te deseo lo mejor y te agradezco tus palabras.
Un saludo muy afectuoso.
Hola!
Pues eso, que bienvenido a la «gofiosfera», como han dicho por ahí.
Sobre el tema del post, es curiosos como el público más urbano hace un doble rasero con la música popular: si la cantan sus intérpretes originales, muchos la consideran una horterada, pero luego, si la interpreta un artista más en su onda, empiezan a hablar de «fusión» y cosas así. Es decir, que si el Maraichi Nosequé canta «Cucurrucucú», no se lo toman en serio, pero si lo hace Caetano,la cosa cambia; o si un bolero lo canta Luz Casal, parece que obtiene el beneplácito de la modernidad y se admite. Entiendo que las versiones deben existir, y que muchas veces esas reinterpretaciones superan al original. Pero no deberíamos perder de vista a los intérpretes primigenios: por muy bien que lo haga Estrella Morente, «Volver» por Gardel es muy especial.
Buena noticia que el colega y sin embargo amigo Emilio González Déniz se meta en un blog como éste. La música mejicana forma parte de nuestra respiración. En la isla de La Palma por ejemplo apenas se escucha el folklore canario, casi hay pocas rondallas y grupos folklóricos. Pero hay infinidad de grupos que trabajan la música cubana, la salsa, todo lo que nos viene del Caribe. Y no sólo durante los carnavales sino todo el año. El folklore mejicano, pese a estar muy vulgarizado, casi igual que el flamenco, sigue siendo hermoso. José Alfredo Jiménez y «El rey», por ejemplo, me ponen a mí los pelos de punta. Enhorabuena por el blog, y adelante a Emilio, uno de los escritores más coherentes del archipiélago.
Gracias Luis, ya sabes que por aquí cualquier música que roza el Caribe echa raíces.
Saludos
Me alegra profundamente volver a leerte en lo que yo creo que es tu especialidad, el relato cortito, rápido, que después me reservo compartir o disentir. Pero para eso has tenido que escribir primero y yo me enriquezco después.
Eso es lo que tiene de bueno este nuevo sistema de Internet. Poder elegir a aquellos (como León Barreto, que se ha asomado) de quienes interesan sus opiniones, sin que sea necesario participar de las opiniones aborregantes de los medios en general.
Te doy también mi bienvenida a la gofiosfera. Pero sepan todos que hay que añadirle un «de nuevo», ya que este maestro que es el señor González Déniz es uno de nuestros pioneros en estos menesteres blogueros.
Sobre la entrada: Qué bueno es no tener miedo a confesar que nos gusta la música sentimental. Hubo una época en que parecía pecado escuchar tango, bolero o ranchera. Con lo terapéutico que es escuchar esa música de arrastradas y cornudos y rajarse las venas con la tarjeta del nif.
En fin, te seguiré y te comentaré. Pero no pongas más fotos como esta, que me da envidia, jolín.
Felicidades por tu blog y que siga adelante con todo el éxito que te mereces.
Lo de las «rancheras» me encanta, por eso de toda nuestra cultura tan hermanada con Hispanoamérica (o Latinoamérica si lo prefieren), todavía tengo el recuerdo de nuestros cines de la infancia en donde me quedaban más cerca Jorge Negrete, María Félix y Pedro Infante que el resto de la península (¿recuerdas la canción de Braulio?). Hay una colección de rancheras mexicanísimas dedicadas a la Revolución que, sabrá Dios, si se puede conseguir por aquí pero, merece la pena.
Gracias por tu blog.
La música mexicana está (O estaba) tan arraigada en el gusto musical majorero, que en los años sesenta, Radio Sahara, desde El Aaiún, tenía un programa titulado algo así como «canciones y el oyente escucha», donde los oyentes, por carta, pedían lo que querían oír. Terminó por recibirse sólo solicitudes de Fuerteventura, demandando, casi exclusivamente melodías mexicanas. Tal fue así, que el programa acabó titulándose «Canta Méjico, escucha Fuerteventura».
Naturalmente, Fuerteventura, como el resto del mundo occidental, ha terminado férreamente sometida al dictado del gran poder del dinero USaca, a través de radios, televisiones, discotecas, crítica… para que terminara bailando, y escuchando, el son que le cantan otros americanos: los amos del mundo, los estadounidenses.
Incluso, casi no hay documental, trate de lo que trate, en el que la música acompañante no sea con voz y, por supuesto, en la lengua imperial del mundo: inglés, especialmente USA.
no se si sabes que Soledad Bravo ha cantado rancheras.Tengo un casette en el que canta arrastrando la cobija ,las ciudades,anoche estuve llorando,la higuera etc…Me encanta escucharla.Lo consegui hace unos años en el antiguo bazar Nueva York y no pude resistirme.Un abrazo.