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El rabo de gato asciende

Es una planta invasora que amenaza nuestra rica biodiversidad. Se ha extendido a cotas impensable. Se trata del Pennisetum setaceum y se encuentra en el Catálogo de especies exóticas invasoras. flora.jpg
Es una planta con alta capacidad de dispersión: rebrota fácilmente de raíz, vive unos veinte años, y es capaz de producir miles de semillas de manera continuada durante todo el año, que además pueden germinar hasta 6 años después, se dispersan con facilidad por el viento, arrastre de agua, animales, vehículos y usos humanos, es resistente a cortes, pisoteo, fuego y a muchos herbicidas; adaptándose así a numerosos tipos de ambientes y suelos de la isla, principalmente en aquellos que se encuentran degradados.
Por tal motivo un grupo de personas, voluntarios y voluntarias han creado una asociación llamada BEJEQUE. Con una labor de SENSIBILIZACIÓN SOBRE EL PROBLEMA CON LAS INVASORAS DE LA FLORA CANARIA.
Mañana, sábado, día 07 de abril, realizarán una visita guiada por el Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo donde tres profesionales expondrán diferentes situaciones de la biodiversidad en la isla.
Más información. Para saber más, continúa leyendo:
El Colectivo Bejeque – Control de rabo de gato Pennisetum setaceum en Gran Canaria – , después de seis meses de actividades de voluntariado en el Barranco Guiniguada, continúa con la sensibilización sobre flora endémica, autóctona, exótica e invasora de la flora canaria.

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Suelta de PARDELAS en Arucas

En la jornada del miércoles 1 de noviembre de 2017, más de ochenta voluntarios/as, socios/as y simpatizantes de los colectivos Amigos de las Pardelas, La Vinca Ecologistas en Acción y Ascan, así como un grupo de vecinos/as de Bañaderos, acudieron a la costa de Arucas, en las inmediaciones de las Salinas del Bufadero, para llevar a cabo una suelta de Pardelas, actividad incluida en la Campaña Popular de Protección de la Pardela Cenicienta.
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Los doce ejemplares soltados fueron recogidos durante la noche anterior en la costa norte de la isla, al caer al suelo tras ser deslumbrados, entre otros, por el alumbrado de las calles, Puerto de Las Nieves (Agaete) e instalaciones deportivas.
Según los colectivos organizadores el grupo de voluntarios «estuvo integrado por sesenta y siete adultos/as y diecinueve niños/as, que conocieron algunos detalles sobre la vida de las pardelas cenicientas y vivieron la experiencia de devolver la libertad a unas aves que se ven seriamente afectadas por el desarrollo insostenible de las zonas costeras de nuestras islas. Tras la oportuna comprobación de que los animales no se encontraban heridos, se procedió a su anillamiento por personal cualificado y a la posterior suelta y puesta en libertad, explicándoles brevemente a las personas asistentes las principales características de estas aves, los viajes de miles de kilómetros que realizan a lo largo de su vida, y la problemática que les afecta (luces en las zonas costeras, puertos, instalaciones deportivas…; destrucción de hábitat de nidificación; plásticos vertidos al mar; vertidos de petróleo; etc…».
La jornada transcurrió con un muy buen ambiente, donde los/as voluntarios/as mostraron una gran satisfacción por poder ayudar a que los jóvenes ejemplares de pardelas cenicientas puedan tener un futuro y puedan seguir trayendo cada año a nuestras islas sus característicos «guaña-guaña» que recuerdan a lamentos, y que no son otra cosa que su forma de comunicarse con los otros miembros de su especie, así como sonidos habituales de las personas que viven en las zonas costeras de las islas.
Desde Amigos de las Pardelas, La Vinca Ecologistas en Acción y Ascan se hace un llamamiento a toda la ciudadanía de Gran Canaria para que si encuentran durante los próximos días algún ejemplar accidentado de este ave, se pongan en contacto con en el teléfono 626 882 784, o bien llamando al 112 (Cecopín, Guardia Civil o Policía Local), y entre todos/as les ayudaremos a volver al mar.

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Aproximación a la historia de la antigua ermita de San Mateo

  • El pasado miércoles, día 25 de octubre asistí a la presentación del libro de «Cruces, calvarios, ermitas y oratorios de La Vega», cuyos autores son Pedro Socorro y Pedro Quintana.
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  • El libro, que contiene más de 700 páginas y un centenar de imágenes, ratifica al antiguo lugar de La Vega como el municipio de Canarias donde quizás más ermitas y oratorios privados se construyeron.
  • ¿Sabías que la antigua ermita de San Mateo fue construida en el verano de 1651 por varios oficiales, entre ellos el albañil Francisco Gil y su yerno Francisco Hidalgo Zapata, carpintero, acarreando piedras desde Montaña Cabrejas y tejas del lugar de La Angostura?

  • ¿Sabías que fueron los mismos maestros que reconstruyeron por aquel tiempo la iglesia de Guía de Gran Canaria?

Editado por Beginbook, el historiador Pedro C. Quintana Andrés y el cronista de la Villa de Santa Brígida, Pedro Socorro Santana, acaban de lanzar un nuevo libro de investigación sobre las ermitas, oratorios y otras edificaciones de carácter religioso y recordatorio que fueron un elemento singular del paisaje del término de La Vega (Santa Brígida y San Mateo), desde los comienzos coloniales castellanos.
Señalan los autores que la cristianización de La Vega no se limitó sólo a esos edificios, ni siquiera a las cruces conmemorativas o calvarios alzados junto a los caminos, sino también a otros espacios relacionados con descansaderos de muertos, rutas de romerías, vías procesionales o manifestaciones del mal -brujas, muerte, diablo-, lugares de aquelarres, bailaderos, etc. que sin duda sobrecogieron a nuestros antepasados.
El libro, que contiene más de 700 páginas y un centenar de imágenes, ratifica al antiguo lugar de La Vega como el municipio de Canarias donde quizás más ermitas y oratorios privados se construyeron.

En el siglo XVIII, aseguran, las ermitas y oratorios se incrementaron en paralelo a la presencia de los grandes propietarios con haciendas más o menos extensas en las que trabajaban algunos de los vecinos circundantes.
En La Vega se localizaba entonces el 7,2 % de todas las ermitas de la Isla, equivalente al porcentaje representado por su población dentro del conjunto insular. Los autores constatan, asimismo, que la mayor parte de estas edificaciones estaban unidas a la explotación de la tierra, mostrando las ansias de sus propietarios por hacerse alguien entre sus vecinos, pues aparte de alzar majestuosas haciendas o restaurar viejas casonas no dudaban en erigir oratorios o capillas dentro de ellas, en busca de una más íntima, y más diferenciada, religiosidad.
Tan sólo la ermita de San Mateo Apóstol será erigida en la parte alta del término tras una petición vecinal, la cual se sostendrá con la aportación de los feligreses, cuya presión continuará a lo largo del tiempo hasta lograr su elevación a parroquia en octubre de 1800. Tras la publicación el pasado año de su libro la Historia de la Parroquia de Santa Brígida (1525-2000), los autores han vuelto a aunar sus conocimientos para describir en este nuevo trabajo los iconos religiosos -algunos desaparecidos- que se alzaron en el entonces término municipal de La Vega.
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El libro, cuyo prólogo realiza Pedro Suárez Rodríguez, cronista oficial de San Mateo, se divide en ocho capítulos bien diferenciados: los tres primeros dedicados a una amplia introducción histórica de la población y economía de Gran Canaria y La Vega desde la Edad Moderna; en los tres siguientes se relacionan las ermitas y oratorios público o privados que se construyeron desde 1600 hasta 1960 en la Vega de Abajo (El Monte, La Atalaya y Santa Brígida), la Vega de Enmedio (El Madroñal y Pino Santo) y la Vega de Arriba: la ermita del apóstol San Mateo, la de Las Lagunetas, Santa Mónica de Utiaca, la ermita de María Auxiliadora en Aríñez o los desaparecidos oratorios públicos de San José, dentro de una hacienda rural de Utiaca, y la pequeña ermita de San Pedro, en el Roque Saucillo.
Finalmente, los últimos capítulos son dedicados a describir las cruces y calvarios existentes en ambos municipios, destacando entre ellos la Cruz de Tejeda, la Cruz de los Navegantes, la Cruz del Herrero, la Cruz del Montañón, la Cruz de Constantino o los calvarios de Las Lagunetas, de Lourdes y de Risco Prieto. Debe consignarse que cada una de las cruces que se describen han sido geoposicionadas y pueden ser visualizadas en internet gracias a un código QR que se ofrece. El libro contiene, además, un generoso anexo documental.