Efectos del urbanismo salvaje

En alguna ocasión he hablado y escrito sobre volver al urbanismo a escala humana. Ese que quedó sepultado por las leyes del suelo nacionales de principio del siglo XXI. Con el nuevo milenio llegaron los sistemas de gestión y de planeamiento donde lo que conviene son las grandes urbanizaciones, frente al pequeño solar de antaño, donde cada propietario tenía su pequeña riqueza, o herencia, según se mire.img-urbanismo-02.jpg
Fruto de ese urbanismo perverso, apareció en Telde un personaje que decía iba a «salvar» y a cambiar el municipio. Me refiero al movimiento político AFV-CIUCA con Guillermo Reyes al frente. Entró a gobernar en junio de 2003, en coalición con PP y asumió la cartera de Urbanismo. En diciembre del mismo año, estaba autorizando a su amigo Ambrosio Jiménez la urbanización del P.M. de Jinamar (tumbada por los tribunales de justicia en todas las sentencias emitidas). Anuló el concurso público de La Mareta (P1 y P2) para quitárselo a un empresario y dársela al mismo Jiménez. Tema tumbado, también, por los tribunales de justicia, y que nos costó al pueblo de Telde 13 millones de euros (fianza e intereses).
Esta semana hemos tenido noticia de la intrahistoria del sector de La Pardilla (más adelante reproduzco la noticia) donde también los mismos personajes: Reyes y Jiménez, uno de concejal de urbanismo y el otro devorador del territorio, perjudicando a particulares privados. Un día decidieron ocupar un territorio mediante un convenio que ahora la justicia anuló, y en Telde nos quedamos con la papa caliente.. a ver quién paga todos estos desatinos.


En definitiva que ya es hora que este Sr. Reyes diga algo o pague algo, porque lo que se dice a Telde, lo ha dejado en la misma ruina.
Noticia de referencia:
Según informa Canarias7, la Junta aprobó incoarlo, pero ahora serán los técnicos y abogados municipales los que habrán de decidir si es lesivo o no, y todo apunta a que no pues, sostienen, ya se subsanaron las deficiencias que causaron su anulación.
Origen del conflicto
Este conflicto se origina porque la empresa Promociones Horneras SL desarrolló este suelo como promotor único mediante un convenio urbanístico y obvió que una parte de los terrenos era propiedad de un tercero, que acabó denunciando. El TSJC a principios de 2010 les dio la razón y anuló todo, convenio, proyectos y licencias, tal y como avanzó TELDEACTUALIDAD en su día.
El conflicto se deSata a raíz del acuerdo del 15 de octubre de 2004, mediante el que se aprobó inicialmente el Convenio Urbanístico de Gestión Concertada entre el Ayuntamiento, gobernado entonces por el Partido Popular (PP) y Agrupación Federal del Valle de Jinámar-Ciudadanos por el Cambio (AFV-Ciuca), y las mercantiles Promociones Horneras S.L. y Cicar S.L. en la parcela. Según recuerdan diversas fuentes a Canarias Ahora, el problema surgió cuando la empresa de Jiménez se presentó como promotor único, obviando que una pequeña parte de los terrenos afectados por el convenio pertenecían a particulares, que no dudaron en demandar.
Aunque en un principio el Juzgado de lo Contencioso número tres de Las Palmas dio la razón a los demandados en 2007, no ocurrió así dos años más tarde con el TSJC de cuya sentencia se desprende que «el Ayuntamiento, pese a tener conocimiento de un conflicto entre la parte apelante y Promociones Horneras S.L. sobre parte de los terrenos […] firmó y aprobó inicialmente un Convenio de Gestión Concertada en el que se ignoró completamente a la misma». Así, la Sala estimó parcialmente el recurso y anuló el susodicho convenio.

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