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30 años después, Lulú sigue en nuestros corazones

Venían niños y niñas de todos los pueblos a Telde a ver una mona enjaulada en apenas cuatro metros cuadrados.

 

Aquella “atracción” creció con una generación infantil que incluso llegó a cambiar el nombre del parque. Era, y para muchos seguirá siendo, el parque de Lulú: un hermoso rincón verde en el corazón del histórico San Juan.

 

El parque de Santa Rosalía, de apenas 305 metros cuadrados, tenía unas ocho pajareras (jaulas diseñadas para pájaros y gallináceas). En el año 1992 allí se ubicó a Lulú, una mona procedente del sur grancanario, donde estaba siendo usada con fines poco éticos.

Más tarde apareció Lucas, otro gran simio que recaló en Telde. Lulú y Lucas se convirtieron en los chimpancés más famosos de Canarias.

 

Nadie imaginó que tendrían que pasar trece años hasta poder liberar a Lulú. En el año 2005 se trasladó a Madrid, a una reserva natural gestionada por la ONG RAINFER donde los metros cuadrados no existen. Allí Lulú es feliz, tiene un nuevo amigo Sandy.

 

Una corriente de solidaridad

 

No fue fácil el traslado a Madrid. Había que buscar una reserva, un lugar de acogimiento. La decadencia de Lulú era evidente y aquellos niños y niñas que al principio crecieron con una “atracción”, veían cómo sus sentimientos evolucionaban hacia una puesta en libertad.

 

El rescate llegó en el año 2005 después de muchos apoyos solidarios, contribuciones económicas desinteresadas, empresas logísticas y sobre todo una llamada de atención al respeto a los animales y su bienestar.

 

Los derechos de todos los animales y, en especial, de los grandes simios son de suma importancia. De hecho, la aspiración fundamental del Proyecto Gran Simio es equiparar los derechos humanos con los derechos de los gorilas, chimpancés, orangutanes y bonobos, seres considerados inteligentes por la ciencia por su parecido genético con la especie humana. Solo nos separa un cromosoma de Lulú y el resto de sus congéneres, casi todos, animales en peligro crítico de extinción.

 

La felicidad de Lulú estará en nuestros corazones y su parque siempre estará ahí.

 

 

 

 

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