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Transición hacia una economía hipocarbónica.

La economía hipocarbónica consiste en el desarrollo de actividades económicas con un nivel mínimo de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la biosfera.
Una economía hipocarbónica es aquella en la que las empresas, las personas y el medio ambiente prosperan gracias a la administración y gestión del carbono, el uso más eficiente de los combustibles, el almacenamiento del carbono en los suelos y la biomasa y la utilización de tecnologías con bajas emisiones de carbono para generar productos, servicios y energía.clima03.png
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el adjetivo «hipocarbónica» no hace referencia únicamente al dióxido de carbono (CO2), sino que también se aplica a la reducción de las emisiones de todos los gases de efecto invernadero (GEI), como los óxidos nitrosos o el metano.
Una de las principales razones para llevar a cabo esta transición en la sociedad es el fortalecimiento de la contribución a la mitigación del cambio climático, un problema en el que todos los sectores tienen un papel que desempeñar.
Hoja de ruta de la UE hacia una economía hipocarbónica
En marzo de 2011, la Comisión Europea definió una hoja de ruta hacia una economía hipocarbónica, que sugiere que, para 2050, las emisiones de gases de efecto invernadero deberían reducirse en la UE hasta situarse un 80 % por debajo de los niveles de 1990.
Los dos principios más importantes que reconoce dicha hoja de ruta sostienen que:
1. La transición hacia una economía hipocarbónica es factible y asequible.
2. Todos los sectores deben contribuir a la transición.
En la hoja de ruta se definen los hitos necesarios para lograr la meta fijada para 2050:
• 40 % de reducción de las emisiones para 2030
• 60 % de reducción de las emisiones para 2040
• 80 % de reducción de las emisiones para 2050
Según la Comisión Europea: «Reducir las emisiones un 80 % a mediados de siglo requerirá, no el desarrollo de nuevas tecnologías revolucionarias, sino un esfuerzo de innovación en las tecnologías ya existentes. Las tecnologías existentes, como la energía solar, energía eólica y bioenergía, redes inteligentes, captura y almacenamiento de carbono, ciudades inteligentes, viviendas de bajo o nulo consumo energético, constituirán la espina dorsal de la economía hipocarbónica en 2050».
Será necesario actuar en los principales sectores responsables de las emisiones en Europa –producción de energía, industria, transporte, edificios, construcción y agricultura–, no obstante, existen diferencias entre unos sectores y otros en cuanto a las reducciones que cabe esperar en función de su potencial tecnológico y económico.
La Unión Europea reconoce que la transición hacia una economía hipocarbónica es esencial para la prosperidad futura y la sostenibilidad medioambiental.