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Cadaunismo

Mira que hay palabras raras: sorpasso, brexit, orate, mandria, papichulo, etc. Seguramente una lista interminable de palabrejas que, poco a poco, el DRAE, las va incorporando por su común uso.
Cadaunismo no está, por ahora, en el DRAE ni en el nomenclátor de Google (no rebusque). Evite confundirla con candaulismo (gratificación erótica, impulso psicológico de exponer a su pareja sexual) que tiene sus orígenes en la historia (o leyenda) del rey griego Candaules y su esposa (siglo VIII-VII a. C.).
Esta reflexión de hoy no es una crítica (por aquellos-as que se sientan aludidos). Solo una opinión personal, profunda y compartida de cómo visualizo comportamientos, formas de ser y presentaciones en redes sociales. La vida misma en un ordenador.
El cadaunismo (cada uno es cada uno, yoismo u ombliguismo) se expresa, abiertamente, en las redes sociales. Etimológicamente hablando, seguramente igual que en la historia del rey griego, tiene algo de impulsos incontrolables e inconfesables.
Advierto que la palabra no es mía. La leí el otro día y me vino genial para hacer esta reflexión de análisis de los comportamientos humanos, de los egos subidos, de esa exacerbada cultura de los selfies. Un desnudo virtual de la personalidad de cada cual, ¿inconsciente?
Todos somos eso: humanos. El control de nuestros impulsos o, como decía un político de corte moderno (ahora en campaña electoral), es necesario controlar los egos y gestionarlos adecuadamente. En los equipos de trabajo, modular los excesos individuales para avanzar en armonía. Lo decía una persona que reconoce, públicamente, que tiene un ego elevado al cubo.
La energía que fluye del siglo XXI huye del cadaunismo, de los egos. En la actualidad, a pesar de los individualismos, la prosperidad se nos presenta en forma de cooperación, coordinando, compartiendo y colaborando. Las alianzas triunfan frente a los egos. Nos hacemos grande mirando al frente (no al ombligo) y reflexionando con el prójimo evitando el triolismo del rey griego.
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