Los Puentes Históricos de Gran Canaria

Un nuevo libro sobre Gran Canaria. Editado por el Cabildo Insular.
El pasado día 12 de diciembre se presentó el nuevo libro de Manuel Lobo Cabrera. Se trata de una publicación sobre los Puentes Históricos de Gran Canaria. En esta entrada queremos dejar constancia de la valiosa obra y su aportación al conocimiento de la Isla, toda vez que el libro es fruto del estudio minuciosos de los puentes construidos en el periodo seleccionado.portada_libro_Puentes_Historicos.jpg
Cuántas veces en nuestro ir y venir por las carreteras de la isla, no hemos caído en la cuenta de haber pasado por municipios que guardan entre sus barrancos, uniendo las dos orillas, puentes que con el tiempo han pasado al olvido por no ser ya viables, en la facilidad que nos suponen el desarrollo de las nuevas infraestructuras viales. Algunos de esos vetustos puentes ya escondidos entre la maleza, muestran, al tomar las curvas, sus elementos constructivos que en su tiempo fueron obras de arte, obras maestras en piedra aplicada a la ingeniería de caminos que unieron márgenes de barrancos y desniveles, para disponer la población de entonces, en el avance de acercar distancias que suponía no usar ya los senderos, caminos o veredas, en muchas ocasiones, muy penosos sus recorridos.


Con las nuevas carreteras que desde finales del siglo XIX empezaron a diseñarse y construir, fue necesario tender puentes para salvar barrancos que limitaban los accesos entre pueblos. Muchos de estos puentes han pasado al recuerdo y como verdaderos iconos de la construcción de su tiempo son considerados puentes históricos de Gran Canaria. Sobre este interesante y didáctico tema que ha engrandecido los paisajes de nuestra isla, ayudando a progresar los pueblos y sus habitantes, trató la presentación de la obra «Los Puentes Históricos de Gran Canaria».
Un extraordinario trabajo literario y gráfico de don Manuel Lobo Cabrera y de don Eliú Pérez Díaz, presentado la noche del martes 12 de diciembre en el salón de actos de la Casa de Colón, de Las Palmas de Gran Canaria, editado por el Cabildo de Gran Canaria, que presentaba un lleno total en presencia del Director General de Cultura, Patrimonio Histórico y Museos del Cabildo de Gran Canaria, don Oswaldo Guerra Sánchez, y directora de la Casa de Colón, doña Elena Acosta, y personalidades en la mesa de presentación.
La mesa de presentación presidida por el Consejero de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, don Carlos Matías Ruiz Moreno. Don Juan Miguel Sanjuán Jover, Ingeniero de Caminos, Presidente de Satocan, y el autor del libro, don Manuel Lobo Cabrera.
Abre el acto el Consejero de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, don Carlos Matías Ruiz Moreno, que expresa:
«Presentamos hoy una edición editada por este Cabildo de Gran Canaria en la que han trabajado el historiador y Catedrático de la ULPGC don Manuel Lobo Cabrera y el tristemente desaparecido Eliú Pérez Díaz. Este trabajo titulado Los Puentes Históricos de Gran Canaria se detiene en el examen de más de cuarenta puentes de distinta naturaleza que fueron construidos en esta isla a partir de la segunda mitad del siglo XIX. La pretensión es poner en valor la ingeniería civil promovida en la isla en esa época en la que puede afirmarse que asistimos a la irrupción de la Modernidad en Gran Canaria. Es una publicación singular porque hay que admitir que este tema, lamentablemente, ha sido descuidado y por esa razón esta inédita aportación cobra una notable importancia.
Esos puentes que aún se mantienen en pie como testigos del tiempo en muchas de las carreteras formando parte del paisaje más reconocible de nuestra isla y del imaginario de muchos de nosotros, hay que considerarlos también elementos vivos de nuestro patrimonio cultural que es necesario preservar y en muchas ocasiones restaurar, con iniciativas similares a los que el Cabildo y de la Consejería, se llevan a cabo en otras aéreas de nuestro preciado legado, como es el caso concreto del patrimonio arqueológico o el arquitectónico.
En este sentido ya lo advierte el autor cuando denuncia en la introducción de este libro, que si bien en general la mayoría de nuestros puentes están en buen estado, media docena de ellos presentan erosiones y otros se encuentran en un estado deplorable o a punto de perderse totalmente. También nos indica el autor que del total de puentes estudiados, más de cuarenta que fueron construidos entre la segunda mitad del siglo XIX y aproximadamente 1914, la mayoría siguen en pie y cumpliendo las funciones que indujeron a nuestros antepasados a su construcción.
El estado en que se encuentran en la actualidad los puentes históricos es lo que ha estimulado la realización de este estudio, un trabajo que pretende poner en valor la importancia de la ingeniería civil en Gran Canaria, contrastando los diseños originales con la realidad actual, mediante algunos planos y fotografías que se muestran en esta edición. No deseo extenderme más ya que el propio autor a buen seguro, nos adelantara las pautas que ha guiado su meritorio empeño, y antes de darle la palabra si quiero dársela a quien me acompaña a mi derecha, Don Juan Miguel Sanjuán Jover, presidente de Satocan, Ingeniero de Caminos. Muchas gracias».
Interviene don Juan Miguel Sanjuan Jover que expone la magnífica obra escrita por don Manuel Lobo Cabrera con la autoría de Eliú Pérez, «Muy interesante desde el punto de vista histórico, pero igualmente desde el punto de vista de la ingeniería, donde se exponen los primeros puentes que se construyeron en Las Palmas, para cruzar el Guiniguada en pasarelas de madera, luego de piedras, y de hierro posteriormente, hablando de construcciones, materiales, precios de los mismos, etc. El profesor Lobo habla también de las carreteras y sus construcciones. En estas obras describe a sus autores, dedicando un reconocimiento a todos los que intervinieron, peones, carpinteros, oficiales labrantes, maestros de obras, algunos anónimos; así menciona, igualmente, las primeras construcciones militares de las fortificaciones que algunas han desaparecido. Repasando la figura del ingeniero en nuestras islas recuerda la figura del tinerfeño de La Orotava, Agustín de Bethencourt, que llega a ser un científico ingeniero muy celebrado en Europa, muy prestigiado en Rusia, destacando la personalidad del creador de la Escuela de Ingenieros de Caminos, Agustín de Bethencourt, orgullo de un canario internacional. A mediados del XIX destaca entre otros y en gran manera la figura del ingeniero Juan de León y Castillo, nacido en Las Palmas de Gran Canaria y criado en Telde.
Interviene don Manuel Lobo Cabrera que expresa: «Agradezco la presencia de todos los asistentes, a Juan Miguel Sanjuan su presentación. Al Cabildo de Gran Canaria, a su Consejero y Director General, por acoger con entusiasmo la obra y, por supuesto, a Isabel Grimaldi, de la sección de ediciones del Cabildo. A los Archivos que han permitido que esto sea una realidad, el Archivo Histórico Provincial de Las Palmas y Archivo de la Consejería de Obras Públicas. El libro además de mostrar la historia de los puentes, las vías de Gran Canaria, es un libro que está lleno de elementos de emoción. Desde joven veía como los puentes de palo y piedra se venían abajo, como si algo mío se hubiera roto. Luego presencié el Puente de Mata, y en aquella ocasión cuando había iniciado mis estudios de historia, hace ya más de cuarenta años pensé en que algún día haré un libro sobre los puentes.
Otro elemento emotivo es el dedicado a un amigo que ya no está entre nosotros, Eliú Pérez, al que dije que cuando me jubile haríamos un libro sobre los puentes; se hizo el libro, pero el destino quiso que él no esté aquí, ya que fue el protagonista de las imágenes que acompañan al libro en sus páginas. Hicimos excursiones alrededor de la isla de Gran Canaria, para recoger esos puentes, describirlos alrededor de 1900 en su historia; algunos ya no están, teniendo en cuenta el cambio de siglo. Por eso el libro está dedicado a Eliú, José Luis Pérez Díaz, que nos acompañó en este viaje por Gran Canaria a través de sus puentes.
Puentes que se hacen para comunicar, acercar, analizando también las carreteras y cuándo surgen, para unir barrios. Desde finales del XV, se hace un primer puente, después ya se consolidan a lo largo de los siglos. Nuestra ciudad conoció muchos puentes, cuando venían las avenidas de agua que arrastraban nuestros puentes hasta el mar, se volvían a construir. Obras que llenan la historia de acontecimientos, anécdotas, hasta que en el XIX se hacen dos puentes sólidos: el Puente de Piedra, que se hace por el Obispo Verdugo, a quien incluso se le dedicaron poemas. Este es el primer puente que ya mantiene una consolidación importante, pero que cae en 1926, y, posteriormente, se hizo el conocido, obra entre otros ingenieros de don Simón Benítez Padilla. El Puente de Palo, en el año 1926 cayó y se hizo uno posterior que fue el último que vimos en esta zona de nuestra capital. Un Puente de Palastro, convertido en Palo, que no era de tal palo, sino de hierro traído de Inglaterra, último puente que vio nuestra ciudad sobre el barranco.
También comenzaron en torno a 1852 la construcción de carreteras por tramos, desde Las Palmas al Puerto de las Nieves en Agaete, pasando por Arucas, Guía y Gáldar. La carretera del Sur, desde Las Palmas hasta San Bartolomé de Tirajana, por Telde, Agüimes. La carretera del Centro, desde Las Palmas, que tenía que haber llegado a San Nicolás de Tolentino, se quedó en San Mateo, y la carretera a San Nicolás de Tolentino se hizo por otra vía distinta. En cada uno de estos tramos se fueron ejecutando puentes, dominando en estas obras el arco, algunos muy bellos. Puentes para conservar, que son elementos de nuestro patrimonio que no podemos permitir que se pierdan, algunos están en bastante mal estado porque han sido embutidos en hormigón, pero ha prevalecido mantener la circulación que el patrimonio.
Partiendo de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria donde se construyen los primeros puentes que surgen para comunicar los dos barrios de Vegueta y la Triana actual, salvando el cauce del Barranco de Guiniguada, continúan su construcción con los primitivos elementos de que se disponía para unir estos desniveles, madera y piedra, conformado por uno o varios arcos. Muchos de ellos han desaparecido al establecer las primeras redes viarias de la isla. Aún así, durante los siglos XVII y XVIII, y en otros lugares de la isla, se facilitaron accesos utilizando pasarelas, hasta que las comunicaciones y sus necesidades hicieron posible la fábrica de puentes fuera del entorno de la capital. A partir de la segunda mitad del XIX, con el desarrollo de las comunicaciones en Gran Canaria, la construcción de puentes sirvió para unir y enlazar poblaciones, y zonas agrícolas. publico_libro_puentes.jpg
La figura señera del ingeniero Juan de León y Castillo hermano del político y diplomático Fernando, dos personalidades con la idea del avance y progresismo en sus pensamientos civiles, económicos y políticos, hicieron realidad obras de ingeniería civil desde sus ámbitos de actuación personales. A Juan de León y Castillo se le deben numerosas obras civiles que comunicaron pueblos del litoral de Gran Canaria con el centro y otros puntos importantes de la isla. Aunque se le conoce por su ejemplar labor en la construcción de los puertos y de los faros canarios, fue gran impulsor de las carreteras en Canarias, debiéndose a él la mayoría de los proyectos y las memorias explicativas sobre la conveniencia de la construcción de las vías que enlazaban Las Palmas con Agaete por el norte, con San Mateo por el centro y con San Bartolomé de Tirajana por el sur. Uno de los principales problemas que don Juan encontró en la isla y que impedían su desarrollo fue la falta de vías de comunicación terrestres, no había carreteras, solo caminos reales y de herradura.
Sin embargo donde se nota su mayor habilidad y conocimiento es en la construcción de puentes emblemáticos de la isla, que aún hoy se mantienen en pie, como los de Tenoya, Bañaderos, San Andrés, Moya y Gáldar en la carretera del Norte, el de Telde en la del Sur, y el diseño del puente de Santa Brígida en la carretera del Centro, aunque el director de obras fue otro ingeniero. Don Juan como tal ingeniero de caminos, puesto en contacto con la realidad de su tierra ideó un modelo de puente que servía para salvar cualquier nivel siempre que se guardasen las debidas proporciones, basándose en un principio estético como el arco de medio punto, buscando el cauce de la roca dura, aprovechando los materiales de la tierra, cantería, obras de fábrica sencilla adecuados al trazado de la carretera».
Con respecto a una de las emblemáticas obras del ingeniero Juan de León y Castillo, el puente sobre el Barraco Real de la Vega Mayor de Telde, en el libro se menciona que fue destacado por Olivia Stone en la descripción que hizo a la llegada a Telde, en su periplo por las islas: Salimos de Telde por un camino que atraviesa un puente largo, con siete arcos, sobre un barranco.
De resultas de tal obra, el Puente de los Siete Ojos, como así llaman los parroquianos del lugar al viaducto que cruza de lado a lado el Barranco Real de Telde, es una de las obras de infraestructura más espectaculares de la segunda mitad del siglo XIX, realizadas en la isla de Gran Canaria, pues el mismo alcanza una longitud considerable. Dicho viaducto, como su nombre indica, es un puente de siete arcos rebajados que se sostienen en seis pilas y dos estribos que se introducen en la propia carretera. Las pilas excavadas en el lecho del barranco hasta alcanzar el firme, tienen forma de rectángulo redondeado, dando forma a un óvalo, que sobresale aproximadamente un metro por cada lado del puente, para ayudar a limitar la presión del agua en tiempo de grandes avenidas, recubiertas por cantería para no dañar el hormigón utilizado para la ejecución de las pilas, a base de cemento, cal y piedras o cantos rodados hallados en el mismo cauce del barranco.
La cantería, de distintos tamaños y labra, según se trate de las dovelas, de la bóveda o de las pilas, que recubre el arco, realizado por el sistema de cimbras como otros de la isla, así como la bóveda que forma el ancho de la vía, es propia del lugar, en concreto de Tara y de otras zonas de Telde, pues procuraban utilizarse materiales de la zona para abaratar costes en la construcción. Se remata el puente por una cornisa, también ejecutada en cantería, que difiere en tonalidad de la utilizada en los arcos. Este puente modelo de la ingeniería constructiva del siglo XIX, se conserva en buen estado, aunque hay que señalar que ha sido alterado su estado, dado que se ha adosado al mismo un puente de características similares ejecutado en hormigón que impide la visión de uno de los frentes del viaducto, en concreto el que se halla aguas arriba». Las obras comenzaron en 1863, y en octubre de 1865 quedaba cerrado el último de los siete arcos, las obras concluyeron en septiembre de 1866.
Un magnífico libro en cuyo índice de materias podemos establecer un verdadero paisaje de obras civiles respecto a carreteras y puentes que desde su introducción y apartados el autor nos va guiando. 1. Los Puentes de Gran Canaria, tipos, materiales, ejecuciones. 2. Los Puentes de la Ciudad. 3. La Carretera del Norte. Los Puentes. 4. La Carretera del Sur. Los Puentes. 5. La Carretera del Centro. Los Puentes. 6. Los Proyectistas y Constructores de Puentes. Finaliza esta edición a lo largo de sus 246 páginas con un Glosario de términos relacionados con la arquitectura y fabricación de puentes y una extensa bibliografía que documenta lo tratado.
Enhorabuena por este agradable paseo por nuestra historia, cruzando caminos antiguos, sobre nuevas vías y salvando distancias a través de los históricos puentes de Gran Canaria, verdaderas obras de ingeniería de caminos y de un esmerado respeto por el arte en su construcción.
Jesús Ruiz Mesa, colaborador cultural Telde www.teldeactualidad.com. Círculo Cultural de Telde. Casa Museo León y Castillo. RSEAPCG. Telde, Gran Canaria, martes 12 de diciembre 2017

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