Eurocopa-2016: deshidratación de los deportistas.

Acabó la Eurocopa de Francia y, en apenas un mes, comienzan los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
El verano este año no parece muy caluroso, sin embargo, hacer deporte en cualquier época del año implica una sudoración y un grado de deshidratación en función del esfuerzo físico realizado.
Traigo a esta «ventana verde» diversos trabajos que nos aproximan a esa pregunta de:
¿Cuánta agua necesita un futbolista para disputar un partido?
¿Cuánta agua pierde Andrés Iniesta en un partido de fútbol donde suele recoger entre 10 y 12 km?
¿En las carreras por montaña, por ejemplo, comparando categoría masculina y femenina, quién requiere de más líquido?beberagua.jpg
Trabajos científicos
El equipo de profesores de la Universidad de Zaragoza: D. Cremades Arroyos, E. Serrano Ostáriz, presentaron en el Congreso Internacional de Montañismo, la ponencia titulada «Deshidratación en carreras por montaña de ultra-distancia: respuesta en función de la edad y el sexo de los participantes.»


En su introducción nos vienen a contar que «cuando la temperatura ambiente es mayor que la temperatura de la piel, el único medio de disipar el calor es la sudoración, pero sudoración excesiva produce deshidratación. La rehidratación, favorecerá una menor concentración del plasma, reduce el estrés y la percepción del esfuerzo.
El método más directo para calcular el grado de deshidratación del deportista es el cálculo de pérdida de peso corporal, siendo esta pérdida de peso junto con la osmolaridad de la orina, o la densidad de ésta, los criterios más válidos para valorar la deshidratación que aparece en pruebas deportivas de larga duración que se realizan con altas temperaturas.
Es interesante controlar los niveles de agua corporal entre los sujetos de más edad, puesto que la disminución de nefronas funcionales a nivel renal puede aumentar el riesgo de deshidratación y algunos estudios han reportado mayor dificultad a la aclimatación y para recuperarse de las pérdidas hídricas».
Resultados
Entre sus conclusiones nos dicen que «los corredores de montaña masculinos pierden 2,43±1,7kg frente a los l,43±1,4kg que pierden las mujeres al finalizar la prueba (p<0,00 1). Estos valores suponen el 3,25-2,5% del peso corporal total entre los hombres, frente al 2,4±2,1% del peso corporal entre las mujeres (p<0,05). Los atletas hasta 29 años pierden 2, 15-0,9kg, entre 30-39 años pierden 2,27-1,7kg, entre 40-49años pierden 2,2-2,2kg, 50-59años pierden 2,38-1,lkg y los atletas de 60 y más años pierden 4,2±0,9kg.
No se observa relación estadística entre la edad y las pérdidas de peso corporal al participar en carreras por montaña. Tampoco se observan diferencias entre las pérdidas de peso al finalizar la prueba cuando establecemos rangos de edad por décadas. Diferenciando los resultados en las tres distancias analizadas, los resultados son semejantes a los presentados para toda la muestra.
Resultados semejantes fueron reportados por este mismo grupo de investigación en pruebas cicloturistas".
Finalmente, resaltan que "los atletas de categoría masculina que participan en carreras por montaña de larga y muy larga duración, experimentan un mayor grado de deshidratación que las atletas de categoría femenina ; tanto en valores absolutos, como en valores relativos.
Podría deberse a la distinta distribución de tejidos, siendo las mujeres quienes tienen una menor proporción de Masa Libre de Grasa. Las pérdidas de peso corporal y por lo tanto el grado de deshidratación, no dependen de la edad del deportista, al menos en pruebas deportivas de muy larga duración, y en edades entre los 20 y los 60 años".
Cuánta agua necesita un futbolista
Por su parte Laura F. Zarza, en su artículo «Eurocopa 2016: ¿Cuánta agua necesita futbolista disputar partido?» nos viene a ilustrar sobre «los factores que influyen en la mayor o menor pérdida de agua corporal son: la duración e intensidad del ejercicio, las condiciones ambientales, las características individuales y la condición física del jugador, el tipo de ropa, la aclimatación y el estado de hidratación previa.
Al realizar cualquier actividad física, el calor corporal aumenta debido a que la contracción muscular genera calor, y la sudoración es el mecanismo más eficiente que posee el cuerpo para eliminar ese calor corporal.
De este modo, el sudor, al evaporarse, permite refrigerar el cuerpo. Sin embargo, el sudor contiene agua y sales minerales que se pierden al hacer ejercicio. Un futbolista que dispute un encuentro de 90 minutos de duración (obviemos la prórroga y los penaltis) a una temperatura media de 21,5ºC como la que se dará durante la actual Eurocopa (con 18ºC de mínima y 25ºC de máxima), puede llegar a perder hasta 5,5 litros de agua durante un encuentro, cerca de un 2% de su peso corporal».
Concluye pues Laura en su trabajo que «al acabar un encuentro, un jugador debe beber una cantidad equivalente a 1,5 veces el peso perdido durante los días siguientes.
Para ponernos en situación, unas 3 o 4 horas antes de los partidos, un jugador debe ingerir de 5 a 7 ml de líquido por kg de peso, pero nunca superar los 300 ml en la media hora previa al comienzo del encuentro. Así, nuestro querido jugador español de Fuentealbilla, Andrés Iniesta, con sus 68 kg de peso (junio 2016, Wikipedia), debería ingerir cerca 410 ml de agua o bebida energética para estar en condiciones óptimas de hidratación antes de cada encuentro.
Mundial de 1994 celebrado en Estados Unidos
Lo ideal es que se ingiera entre 100 y 250 ml de líquido cada 20 minutos sin llegar a superar el litro/hora. Con este dato, quizá te estés preguntando cuándo el jugador ingiere esa cantidad si tenemos en cuenta que el descanso es a los 45 minutos de partido. Como curiosidad, hasta el Mundial de 1994 celebrado en Estados Unidos, beber durante los tiempos de un partido de fútbol estaba prohibido.
A partir de esa fecha, el reglamento permite, por circunstancias como una lesión de un jugador u otras en las que el partido se detenga, que los jugadores se acerquen a la banda para beber. Sin embargo, también se puede ver a algunos jugadores «robarle» la botella al portero aunque éste sea del equipo rival.
Tras acabar el encuentro, el jugador debe rehidratarse de manera inmediata consumiendo agua o bebidas que contengan hidratos de carbono de alto índice glucémico y electrolitos (esas famosas bebidas azucaradas y/o energéticas comúnmente denominadas «para deportistas»). Poniéndonos un poco más quisquillosos, los futbolistas deben pesarse antes y después de cada partido, teniendo que beber normalmente una cantidad equivalente a 1,5 veces el peso perdido durante los días siguientes».

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