TELDE, EL DÍA DESPUÉS…
por Jesús Ruiz Mesa
Y llegó el día después, sábado 24 de octubre, un día que por la claridad del cielo, temperatura y limpieza del aire, durante la mañana dio una tregua a la tensión vivida unas horas antes, el viernes 23. Pero las imágenes y los efectos de la tormenta tropical tenían connotaciones de película futurista, con gran espectáculo de variadas e impresionantes catástrofes producidas por las terribles riadas que han hecho correr barrancos que, desde las medianías cercanas al entorno rural de Telde hasta la costa, nos han hecho sudar tinta y preocupación por la que se nos venía encima.
La naturaleza a la que tanto alabamos, cuando dice aquí estoy y estos son mis poderes, nos avisa afortunadamente con las predicciones de los servicios meteorológicos de lo que puede hacernos y pedirnos. Esta segunda vez acertaron con las borrascas que se acercaban a nuestra isla.
Nuestra Naturaleza a la que dedicamos las mejores alabanzas, escritos, poemas, reportajes, potenciamos y prometemos nuestros deseos de preservarla bajo los augurios de que en los próximos años no se vuelva contra los que hemos abusado de sus bonanzas, y, por qué no de sus llamadas al orden, de las que, desde hace años hemos visto en las pantallas los avisos que sobre el planeta tierra nos demuestra sus potencias por los abusos de la super explotación y descontrol energético a causa de la demanda del excesivo consumo industrial.
Cuando en primer orden y desde hace tiempo se suceden las predicciones y previsiones por el calentamiento global de la atmósfera y el efecto invernadero, esta semana en Telde, sin querer relacionar esto con las emisiones de gases, dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), ozono O3), vapor de agua, y las cumbres internacionales que han determinado programas del control de emisiones perniciosas en todos los países. Por las causas que determinen estos fenómenos originados por la propia evolución climática del planeta, de vez en cuando a nuestra zona atlántica del nordeste del continente africano y Macaronesia, como resultado de las variaciones térmicas en el Atlántico, nos llegan a nuestro archipiélago, las consecuencias de esos particulares cambios climatológicos.
Recordemos aquella tormenta cercana a la cuasi perfecta del 28 al 29 de noviembre de 2005, cuando el huracán de la tormenta tropical Delta, procedente del Atlántico sur, atravesó el Archipiélago atacándonos por todos los frentes, provocando desgracias humanas y personales de consideración, conocidas y recordadas por las señales y cicatrices que dejó sobre la superficie de nuestra isla, como la rotura del emblemático Dedo de Dios en Agaete.
En esta ocasión de la semana del 19 al 24 de octubre de 2015, otro tipo de tormenta tropical se cebó con el municipio de Telde, sobre todo su litoral costero que ha dejado las emblemáticas playas, Salinetas, Melenara, Hoya del Pozo, La Garita, Bahía Mar, con sus respectivos barrancos a las que su orografía primigenia da origen y forma, presentaban un desastroso espectáculo no frecuente. Barranco de las Bachilleras, de Ojos de Garza, de Telde, Barrios de Jinámar, Caserones, y otros, como se han podido apreciar en todos los noticieros y medios de comunicación. Numerosas incidencias con las consiguientes llamadas de urgencia a los Cuerpos de Seguridad y Emergencias, Servicios Municipales, Ayuntamiento, Cabildo y Gobierno, Policía local, Tráfico, Protección Civil, 1-1-2, Cruz Roja, Bomberos, desde el propio consorcio y de otro municipio para apoyo y refuerzo de las medidas de seguridad y en última instancia la Unidad Militar de Emergencia (UME). Durante toda la tarde y la noche se han escuchado continuas sirenas de los equipos móviles de efectivos de seguridad, que con la diligencia necesaria, acudían a asistir las demandas de servicio público requeridas para cubrir las emergencias de las situaciones críticas, que han ido sucediéndose durante estas últimas 24 horas.
Y llegó el día después de la tromba de agua que descargó hasta los 110 litros/m2, con fuertes rachas de viento, aparato eléctrico, apagones por falta de energía eléctrica, caídas de muros, desprendimientos y aluviones de tierras y piedras, lodo, inundaciones de sótanos, garajes públicos y privados, automóviles arrastrados por la fuerza de las riadas que con una fuerza descomunal llegaban a las bocas de los barrancos. Arrastres de materiales depositados bajo los pretiles de los puentes, o han desbordado los límites de sus cauces hasta llegar a las playas provocando a su paso el desastre, desapareciendo grandes superficies de arenas, dejando al descubierto la epidermis de estas calas, tiñendo las orillas en una gran franja de color ocre, por los depósitos de lodos, barros y todo material que se encontró a su paso. Barrios anegados por el volumen de agua vertida que la red de alcantarillado, rejillas, desagües y aliviaderos no han podido soportar. En algunos lugares se han tenido que evacuar familias por riesgo de derrumbes de muros y se han visto obligados a desalojar sus viviendas, aconsejados por técnicos que después de valorar los hechos han aconsejado estas medidas.
Continúa la alerta en el nivel 1 y aunque se ha abierto un determinado número de carreteras y accesos en los viales costeros, aún siguen cerradas al tráfico algunas en la isla. Desde puntos del municipio de Telde un frente nuboso desde las 13:00 horas está ocupando todo el sistema central cumbrero con espesas y plomizas características de un seguro y nuevo frente lluvioso, quizás con menos intensidad que los pasados, pero la alerta sigue abierta, informándose en todos los medios de comunicación con la consiguiente suspensión de numerosos actos sociales, festivos, etc. por las adversas previsiones meteorológicas.
Desde el punto de observación en que me dispongo a publicar algunas imágenes testimonio del desastre ocasionado, tomadas durante la mañana y tarde del sábado 24, numerosos espacios encharcados, estacionamientos, solares, y debido a la rápida y eficaz actuación de los servicios municipales y de protección civil se han solucionado la limpieza en los accesos y vías principales de urgente necesidad para comunicar y liberar espacios donde las torrenteras hicieron estragos. Con los rayos de sol de la mañana, como si el efecto cromático resolviera el amarillo del pasado estío y este otoño por el que circulamos, desaparecía la sequedad y amarillear de las laderas y medianías, apareciendo el incipiente verdor instantáneo que ya cubre las agradecidas tierras que regadas y empapadas van cambiando de tono. Así es nuestra tierra, nuestra isla y ojalá entre el preciado líquido en las presas de nuestra isla, que con tanta pena y, por otra parte, asombro por el fenómeno climatológico, se ha vertido al mar de nuestro litoral.
Hasta las 15.00 horas del sábado 24 de octubre, unos días en los que hemos mirado más al cielo, el mar, los barrancos, los caminos y las montañas…… y, en estado de alerta continuamos. Respetemos los avisos y recomendaciones que nos llegan desde los medios de comunicación, por nuestra propia seguridad y la de todos. Esperemos que el tiempo vuelva a la normalidad y que nuestras playas vuelvan a lucir su esplendor natural. Las últimas noticias informan que desde el Gobierno de Telde se pide la declaración de zona catastrófica para el Municipio. A los que han sufrido las inclemencias de esta borrasca, considerar que hasta ahora no hay que lamentar desgracias personales, intentar pasar este amargo trago de ver y sentir las consecuencias materiales superando en los próximos días la situación que esta borrasca nos ha generado. Ahora toca con prioridad máxima, reconstruir, ayudar, apoyar y alentar a los más perjudicados. Con la esperanza de que esta caótica situación que ha colapsado, no solo la cotidianeidad del municipio, sino los sentimientos de propios y extraños, ver cómo ha dejado la borrasca de este octubre negro nuestro litoral al que hemos dedicado los mejores momentos de nuestras vidas junto a nuestro mar teldense, es francamente descorazonador.
Hemos presenciado en nuestras calas como el mar en varias ocasiones ha querido cobrarse su derecho a ir más allá de la orillas que acaricia; situaciones a las que hemos dedicado reportajes, crónicas e imágenes espectaculares. Esta vez el desorden, la llamada del viento, la lluvia, el caos y la rabia de la naturaleza, ha venido arrasando desde tierra adentro. Así y todo, seguro, Telde, después de esta amarga experiencia saldrá adelante. Con la esperanza de nuevas y mejores perspectivas, y aunque nunca llueve a gusto de todos,………después de la tempestad viene la calma. Atentos a las informaciones meteorológicas, aseguren sus viajes, continuamos con el nivel 1,………y paciencia, al mal tiempo buena cara. Permítanme dedicar un recuerdo a los tres militares desaparecidos en el accidente del helicóptero Super Puma del 802 Escuadrón SAR del Ejército del Aire con Base en Gando, con el deseo y la mejor esperanza de su pronta localización.
Muchas gracias.
Jesús Ruiz Mesa, colaborador cultural Telde www.teldeactualidad.com Círculo Cultural de Telde. Casa Museo León y Castillo. RSEAPGC. Telde, 24 de octubre 2015.
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