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SOMA: «tres para una oscura eternidad en la Luna»

«SOMA: medio gramo para una de asueto, un gramo para el fin de semana, dos gramos para el viaje al bello Oriente, tres para una oscura eternidad en la Luna»
Hace unos días escribí un post titulado «Ser emigrante». Escribí en la línea en la que suelo hacerlo, hablando de mi experiencia personal. Siempre que lo hago así, recibo un feedback que destaca casi siempre la emoción, la forma que tengo de contar las cosas que «emociona», «que llega». Yo siempre escribo desde la sinceridad. Por supuesto que sé cuándo he escrito una frase, una idea que «me ha salido preciosa» o como le digo a Yui, que normalmente es la primera lectora de mis textos: ¿qué? ¿cómo te has quedado? «Que te cagas, mami, que te cagas», en tono algo sarcástico imitando mi tono las muchas veces que utilizo esa frase – (mi padre cuando llama por teléfono pregunta: ¿está que te cagas? Refiriéndose, claro está, a su hija mayor) – la soledad de un emigrante es tan inmensa como los océanos que cruza…
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Ser emigrante

Hace unos años, me encontraba de vacaciones en casa de mis padres en Lanzarote. Yo vivía en Tokio y ese mes que venía a España era la vida para mí. Era respirar, coger fuerzas y volver. Porque no es fácil. Vivir en otro país no es nada fácil.
Esa noche decidimos ir a cenar todos a una pizzería en Puerto Calero. Estábamos contentos. Yo disfrutando de ese respirar y mis padres de tenerme respirando allí. Nos trajeron la carta y pedimos. El camarero que no era español, creo que era ruso, no nos entendía muy bien. Hubo un momento en que mi padre, ya algo enfadado, iba a decirle algo en un tono hasta desagradable, y nos dijo a los que estábamos allí, que estaba en España y que quería que le atendiesen en español. Continuar leyendo «Ser emigrante»

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El poder de la calderilla

Un descubrimiento al azar. No tanto el azar como al poder del zapping. El cambio de canal de forma fortuita y comenzar una película. Cuántas veces me ha pasado esto últimamente y cuántas veces el cine vuelve a atraparme. A veces me pregunto si es tanto el cine, abreviatura de cinematografía, como técnica y arte de proyectar fotogramas de forma rápida para crear la impresión de movimiento, o son las historias que me cuenta, se muevan estas o no.
Hoy me encontré con un oso. Y eso que las películas de osos no me gustan nada, después de haber visto tan solo algunos minutos de la película Ted, ese oso que habla y que me parece insoportable, maleducado y muy, muy vulgar. Pero hoy, el oso Brigsby (Brigsby Bear, 2017, dirigida por Dave McCare), ha sido otro descubrimiento. Esta vez, un oso que no voy a olvidar fácilmente y que espero llevar conmigo mucho tiempo.
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