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El circo de los leones

 

Ayer tuvimos lo que se presume sea la última sesión de esta temporada en el Palacio de San Jerónimo. Los dos leones que flanquean la puerta principal del Congreso de los Diputados y Diputadas se quedarán sin ver este mes de Agosto a sus señorías.  Se van de vacaciones. Pero no sin antes ponerse deberes para septiembre.

La sesión en la que el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez tenía que trasladar la información de los acuerdos alcanzados en Europa se ha vuelto a convertir en algo a lo que empieza a ser habitual: un esperpento. El espacio de la soberanía popular, ese a dónde mandamos a nuestra clase política con el mandato de que resuelvan los problemas de nuestro país, está resultando sesión tras sesión  en un lugar poco recomendable para la salud.

Desde hace años propongo a la gente que viene a estudiar nuestro idioma lo mismo que hizo mi profesora de la Alianza Francesa en París: ver los telediarios y seguir los debates parlamentarios. Decía que era una buena manera de familiarizarse con el idioma, de ampliar vocabulario, de aprender a construir correctamente las  frases.

Pues bien ya he desistido. Para mi, que me gusta la política, que sigo el devenir de los acontecimientos en nuestro país, que he tenido que ir muchas veces para conseguir la aprobación de las leyes de Empresas de Inserción, Economía Social, la ley  31/2015 que declara a las empresas de inserción como Prestadoras de Servicios de Interés Económico General, me está resultado un ejercicio insufrible ver a la representación popular jugando un papel que no enseñaría en ninguna escuela, en ningún proyecto educativo y por supuesto que evito a quienes vienen a este país a conocernos y aprender nuestro idioma.

Ayer, cuando las cifras del desempleo se disparan, cuando el PIB cae estrepitosamente, cuando las colas del hambre siguen existiendo en las grandes capitales, cuando la gente no sabe si va a conservar el puesto de trabajo, cuando no sabemos la evolución del virus que nos atenaza, en el Congreso de los Diputados y Diputadas, no se hablaba de nada de esto ni del objetivo de la convocatoria que era dar a conocer el contenido de los acuerdos alcanzados en Europa y cómo esos fondo se van a distribuir en nuestro país. Porque a quienes llevan la banderita puesta, a quienes son patriotas porque viven de la patria, no se les ocurre otra cosa que entretenerse y entretenernos con propuestas de calado político, entiéndase la ironía.  Como se gobierna a golpe de twit y se trata de ver quien tira más lejos la pipa de la aceituna, ayer de nuevo conseguimos que el partido de las medidas estrellas volviera a llenar con sus ocurrencias los noticiarios, los comentarios de la prensa y las réplicas de la clase política.

Desde luego, debo reconocer que su equipo de comunicación y marketing es muy bueno. Cada día una provocación nueva, una propuesta diferente, cuánto más alocada mejor aunque no vaya a ningún lado, pero se habla de ellas como si hubiésemos ganado el mundial de fútbol. Ya decían en mi pueblo: que hablen, aunque sea mal, así se está siempre en el candelero. Me pregunto si alguna vez vamos a dejar de entrar al trapo ante tanta provocación medida, cuándo empezaremos a castigarlos con el látigo de la indiferencia.

Porque sino el Congreso seguirá siendo la cámara de representación política pero desde luego no gozará del respeto de la ciudadanía y esto beneficiará solamente a quienes quieren la democracia para lucrarse con ella pero le interesa bien poco el interés de la ciudadanía

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La ministra y la Economía Social

 

La Ministra de Trabajo y Economía Social Yolanda Díaz fue ayer, una vez más, noticia.  Pero esta vez no abrió los telediarios ni inundó las redes sociales con la firma de sus acuerdos con todos los agentes sociales o las respuestas contundentes a sus opositores políticos. Lo hizo porque en nombre de la cultura, de la cultura taurina, zarandearon su coche llamándola «cerda y roja de mierda». No voy a plantear la eterna cuestión de si este poderío testosterónico lo ejercerían igual con un hombre y ni siquiera pienso  dar cancha a quienes reivindican de esa manera la cultura, porque ya dicen mucho de si mismos con esas expresiones.

Lo que a mi me interesa destacar es la razón que llevó ayer a Yolanda Díaz a Toledo. ¿Alguien lo sabe? ¿Algún medio se hizo eco del motivo de la visita? ¿El contenido de su discurso tuvo alguna repercusión? Me temo que no. Ya me he jugado unas cuántas cervezas a que la ministra gallega no se va a comer el turrón tranquila, que le van a aparecer eventos varios y diversos en los que el contenido de sus intervenciones quedará oculto tras la polémica, que van a sacar a relucir las chuches que se tragó deprisa, antes de la comida, sin que su madre la viera, si no se cambió de calcetines después de hacer deporte o dijo alguna palabrota un domingo en un momento de cabreo. Le sacarán de todo porque se ha mostrado como una mujer comprometida, sólida en sus planteamientos, trabajadora y sobre todo, como alguien capaz de alcanzar consensos, algo que  ni en tiempos de una pandemia mundial de salud, se ha podido hacer de manera natural en este país fragmentado. Si a esto le añadimos que es de Podemos, la representación del diablo con patas…el acoso está servido.

Pues bien, Yolanda Díaz le dio a su Ministerio de Trabajo un apellido, el de Economía Social. Pero claro, cuando se eligió ese nombre, aunque ya las feministas estábamos polinizando con nuestra manifestación la Covid 19, no pensábamos enfrentarnos a una pandemia de estas características. Desconozco cuales eran sus planes concretos para desarrollar, por fin, la Estrategia de Economía Social en España, que fue un compromiso asumido por todos los partidos políticos en el  año 2015, cuando se aprobó la Ley de Economía Social en España por mayoría absoluta aunque hoy parezca ciencia-ficción.

En su agenda estaba marcada una cita en Toledo porque esta bella ciudad castellana ayer fue declarada Capital Europea de la Economía Social 2020. 

Reconozco el discurso, me gusta el reconocimiento público y expreso por este modelo que muestra la necesidad de desarrollar prácticas  más sostenible y amable con las personas. Pero ni el discurso, muchas veces repetido ya, ha pasado ayer.  Ahí ha quedado, en un twitt de la ministra que anoche gente cercana se encargaba de difundir porque la noticia era el zarandeo de su coche.

Y esto pasa en una semana en la que Europa ha sudado la gota gorda para dar una respuesta conjunta y contundente a la pandemia de la Covid 19 que ha puesto la economía a los píes de los caballos. La primera parte de los deberes se hicieron.  Estaba en juego la frugalidad o la existencia europea. Sigue pendiente el desarrollo del partido.  Cuando esta reconstrucción empiece seguirá el gran debate: ¿Porqué modelo apostamos: la riqueza de unos pocos o el bienestar de la mayoría? ¿Seguimos socializando las pérdidas y privatizando las ganancias? ¿Apoyamos estrategias de economías centradas en las personas en desarrollos sostenibles o seguimos riéndole las gracias a la gente lista patriota, experta en creación de sicav, paraísos fiscales?

Esta será la segunda parte del partido iniciado en Bruselas que está por disputar. Sin duda, el acuerdo alcanzado en Bruselas por el equipo de Pedro Sánchez y los no frugales es un éxito. Pero tras la gestión política viene la concreción de los proyectos, la agilidad para desarrollarlos en una administración pública excesivamente burocratizada y alejada de la realidad sufriente.  La respuesta a esta situación tan vulnerable. propiciada por la crisis sanitaria, pasa por la capacidad de respuesta estable y coordinada  que tengan las instituciones públicas, los agentes sociales y la sociedad civil que vele por el conjunto de la ciudadanía  porque sino, quienes se consideran con derecho a vilipendiar, van a encontrar un campo abonado para la confrontación, el cabreo, el insulto y de ahí a otros modelos grises, la historia nos dice que hay muy poco espacio.

Por eso son necesarias estrategias que impulsen este tipo de respuesta y tanto desde las organizaciones de la Economía Social, como la administración pública, tenemos la responsabilidad de hacerlo posible o no seremos creíbles. Y se seguirá oyendo una voz en twitter que diga: La Economía Social pone a la persona en el centro pero que ni será escuchada, ni tenida en cuenta, porque el ruido exterior, los intereses creados, la burocratización,  será mayor si nuestras realidades no son más contundentes, creativas, coloristas y portadoras de esperanza.

Yo seguiré haciendo ruido por esto último y silenciando, no siendo altavoz de quienes ya tienen voceros suficientes en los medios pagados por el gran capital y el papel couché vendedor de sueños americanos.

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Adiós al mejor bailarín de la Zona Norte

 

 

Para saludarme siempre decías: Hola pequeña, porque te encantaba que acto seguido te respondiera con un:¿Qué pasa, grande? Como corresponde a un Yánez de pura cepa nacido, criado y ahora también fallecido en el Palmar.

Ayer, ese cuerpo en el que los glóbulos blancos habían tomando posiciones, descansó. Acabó la lucha titánica de estos últimos meses en el Hospital  Negrín. No hubo manera de que las células, que con tanta esperanza te daba tu hija Laura, engancharan con las tuyas y ganaras el envite. Desde luego, no quedó por tu parte, ni por quienes con tanto cariño te han acompañado durante este tiempo. No han servido ni los rezos, ni las velitas que hemos puesto por ti porque, definitivamente hay caminos que son inescrutables y el de la muerte, a pesar de ser la única certeza con la que nacemos, sigue resistiéndosenos al corazón.

Pero es ahí, en ese órgano que regula el cruce entre la vida y la muerte, dónde seguirás estando. Eso si, ya sin dolor, sin sufrimiento, sin esa mordedura en el estómago que no te dejaba disfrutar de la vida. Porque lo que es evidente, Carmelo como anoche compartíamos en tu duelo en los Granadillos, es que disfrutaste mucho de la vida. Te daba tiempo de todo: de ser un magnífico trabajador, que no cogía ni una baja en su reparto con el furgón, de «echar un ojo a tus hijas» en todas las etapas, de jugar tus campeonatos de envite, de hacer los turnos cuando te correspondía con tu padre, de participar en las obras de teatro… Y los sábados, los sábados ya podía salir el sol por Antequera, y que yo viniera de Madrid, Bruselas o Alicante, eran sagrados… ibas a bailar. Ya había días entre semana para hacer el resto de cosas. Y ahí estabas, de punta en blanco, dejando un reguero de olor a colonia, con la sonrisa socarrona dispuesto a mantener tu fama de ser el mejor bailarín de la zona norte. Todas disfrutamos de bailar contigo, pero sobre todo tu hermana Marina porque a Juanito Mentado no se le sacaba un paso de baile ni en sueños.

Y puede parecer baladí o frívolo, en estos momentos hablar del baile, pero no, no lo es. Para mí, que alejo tensiones, fantasmas y preocupaciones seguir los pasos de un baile es ser capaz de acompasar el ritmo de la vida, de mirar en la buena dirección, de no pisar a nadie, de cuidar a las demás personas, de trasladar alegría y buen rollo,  de seguir con equilibrio el devenir de la vida. Y eso tu lo hiciste muy bien. Tenías unos valores inquebrantables, no te gustaban «las boberías y machangadas», tus hijas y tu nieto y tu nieta,  eran lo primero.  Supiste encontrar el equilibrio en situaciones familiares complejas porque eres un hombre «de mucho conocimiento».

Recuerdo que una vez nos enfrentamos en dos candidaturas a la presidencia de la Junta Directiva de la Asociación de Vecinos Guayasén y estuvimos meses sin hablarnos. Un día, cuando mi Seat Panda empezaba a respirar después de subir la cuesta de la Cruz, me paraste frente a la casa de Paquito el cartero y me dijiste: ¿Tu crees que nuestra amistad puede perderse por una tontería como ésta? Pues no, Carmelo, nada merece perder una relación de estas características.  Y remedio santo. Seguimos compartiendo nuestras confidencias, peleando por las diferencias políticas, consolándonos por nuestros problemillas, celebrando nuestra cuidada amistad porque a medida que nos hacemos mayores revalidamos lo que es realmente importante.

Hoy me siento profundamente triste y escribo porque es mi manera de gestionar el duelo, de sentir que todavía estás, de renovar los recuerdos ante el temor a perder detalles importantes.  Aunque creo que esto es solamente un tránsito, echaré de menos ese hola pequeña, esas llamadas en la fiesta del Carmen, de las Nieves, esas conversaciones eternas en el coche, una vez que nos habíamos despedido. Se que Yoli, Silvia y Laura van a seguir recordándome que hay gente que nunca se va, que es eterna y que lo único que hacen es jugar la siguiente partida, la partida eterna del envite, en otro lugar. Ahora estarás con Suso, Pinito, Luis, Juanito…y sin duda alguna, echándonos un ojo porque donde estés, no vas a dejar de «controlarnos» un poquito.

Feliz travesía a la eternidad, amigo. Me consuela haber llegado a tiempo y que me dijeras que lo tenías todo controlado. No podía ser de otra manera en tu caso.  Miraré a las estrellas y allá en el firmamento, habrá una que, en un baile perpetuo, se moverá siguiendo los pasos del pasodoble Islas Canarias. Yo también lo bailaré, Carmelo, con la seguridad de que hay gente que siempre está en el corazón. Tu lo estarás en el mío. Feliz viaje a la eternidad, amigo.