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Historias de Tokio: La portera

Llegó el momento de cambiar de hogar. Las carreras se seguían sucediendo en el falso techo y la llegada de Yui era inminente. Así qué comenzó la ardua tarea de buscar nueva casa. Cada vez que pasaba por la agencia me paraba en el escaparate. Estudiaba meticulosamente cada uno de los planos que exhibían. Me había hecho una experta en descifrar los símbolos: 1LDK, osiire, yokushitsu… Y los precios. Ya había controlado uno que tenía dos habitaciones y no era demasiado caro, aunque se me caía la baba viendo aquellos que pertenecían a edificaciones nuevas: lo malo es que lo único que nos podíamos permitir sería una habitación y diminuta, pero yo estaba dispuesta a sacrificar espacio(más todavía)a cambio de un baño en condiciones, un «Ofuro» nuevito en el que poder meterme dentro con ese agua ardiendo y llena de sales japonesas que eran una maravilla. Qué duro fue encontrar un nuevo apartamento. Continuar leyendo «Historias de Tokio: La portera»

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Historias de Tokio: La dulce Kitty

Cuando llegué a Tokio con algo de dinero que había ahorrado de la liquidación en España y del trabajo como camarera en el restaurante «Macarena» de Londres, la principal preocupación era » no gastar» . Tokio es carísimo, pero también es cierto que una vez allí, cuando aprendes a vivir no como extranjera, a buscar, encuentras la forma de economizar y hasta de ahorrar. Pero al principio, después de dejar la mitad de mis ahorros en el exceso de equipaje, el miedo a cómo me iba a ir en el trabajo, el miedo que tenía Jin que era un becado con beca exigua, el alquiler de los 15 metros cuadrados de 80.000 pesetas al mes y el vencimiento del contrato cada dos años (y que suponía pagar: un mes de regalo para el dueño del suelo, otro para el dueño de la propiedad y otro para la agencia) estábamos aterrorizados. Así que las instrucciones eran claras: » ningún gasto superfluo». Continuar leyendo «Historias de Tokio: La dulce Kitty»