«El que no aprende inglés es porque no quiere.» Las excusas son siempre: tiempo-dinero.
Tiempo: media hora al día leyendo noticias (los titulares simplemente), escuchando programas (National Geographic, BBC, TV series…); además del inagotable número de recursos, infinitos, que podemos encontrar en internet (tutoriales de gramática de nativos ingleses, recursos de Cambridge, Oxford, blogs…)
Dinero: las ganas son gratuitas, la constancia (imprescindible) es gratuita; los recursos, son gratuitos. Y si lo que necesitas, además, es una certificación oficial de nivel, las Escuelas Oficiales de Idiomas, ya sea con curso presencial o con examen por libre, tienen unos precios totalmente asequibles que, si aun así no se pudiesen abordar, ofrecen becas y descuentos.
Dice mi profesora de inglés que lo mejor que le ha podido pasar a la enseñanza del idioma es Donald Trump. Yo puse la misma cara de susto que probablemente hayan puesto los que lo leen. Pero sí. Me recomendó encarecidamente, que dedicase unos minutos a escuchar «las nuevas» del día. Que además de ser muy entretenido, tenía un inglés muy, muy bueno. Que con independencia de las «burradas» que dijese, estaban gramaticalmente muy bien dichas. Que su cadencia, a la hora de expresarse, era perfecta para entenderle. Y sobre todo, porque hablaba como si todos los americanos fuesen tontos y tuvieran problemas de aprendizaje.
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