Cantata a la mujer

cartel cantata.jpg

Me lo Me lo contaba entusiasmada Belén en diciembre, mientras nos tomábamos en su cocina un chocolate con churros y unas tortillas de carnaval, que había hecho mi amiga Pilar, su madre.

Estaban preparando un espectáculo especial para el mes de marzo.  El resultado de la obra de teatro, que habían estrenado con éxito en el verano, les había llevado a iniciar esta nueva aventura. Como saben que el tema me mola, me dio la fecha y lo apunté. Pocas cosas dan tanta satisfacción como el ver a las hijas y los hijos de tus amistades, embarcadas en las mismas aventuras reivindicativas, culturales y artísticas en las que estuvimos en nuestra juventud. 

Conozco a Belén, desde antes de que naciera, porque la vi crecer, junto a su hermana Lorena, en la barriga de Pilar mientras mantenía con mi amigo José Manuel la cantina del barrio. Si de algo sabe esta familia es de trabajo y compromiso.
José Manuel fue uno de los gloriosos Jesucristo, que se representaron en la
Semana Santa viviente, que durante años se hizo famosa en el Palmar, de la mano del recordado Cristóbal Almeida. 

Por eso no es de extrañar que ahora las dos hermanas, más la pequeña Irene, estén embarcadas en este proyecto hasta las cejas, con mi vecino Pedro, el de Carmelita y Benjaminito con Gustavo el de Santiago y Jeromita y con todo el barrio empeñado en volver a hacer historia, en un momento en el que más que nunca, la historia no debe volver a  repetirse.

El nombre con el que han querido denominar este evento no debe ser tampoco casual.
Hubo una representación hace años, en la que también participó mi amiga
Dolores, la Cantata de Santa María de Iquique que marcó un hito en el barrio y alrededores. Por eso, intuyo a pesar de mi lejanía geográfica que no emocional, que algo tuvo que ver esa experiencia  para que ahora la obra a
representar se denomine la Cantata a la Mujer.

Pues bien, lo que pretende este grupo de entusiastas, según recoge el guion que me han enviado, es recordar que este 8 de Marzo, que tan alegremente celebramos ahora, tiene una historia brutal de lucha sangrienta por la igualdad que no conviene olvidar, sobre todo en estos tiempos. Ninguna
conquista ha venido dada por la gracia de quienes ostentaban los privilegios
sino por la lucha, no exenta de violencia y dolor.

El acontecimiento que marcó la fecha mencionada, se remonta al 8 de marzo de 1857, cuando cientos de mujeres de una fábrica de textiles de Nueva York, salieron a protestar para denunciar los bajos salarios, que eran menos de la mitad de lo que percibían los hombres por la misma tarea. Esa jornada terminó con la sangrienta cifra de 120 mujeres muertas a raíz de la brutalidad con la que la policía dispersó la marcha. 

 

Medio siglo más tarde, en marzo de 1908, 15.000 obreras marcharon por la misma ciudad al grito de «¡Pan y rosas!», sintetizando en esta consigna sus demandas para conseguir un aumento de salario y mejorar las condiciones de vida. 


Lo acontecido el 8 de marzo de 1908, hace referencia a los hechos que sucedieron en esa fecha, donde murieron calcinadas 146 mujeres trabajadoras de la fábrica textil Cotton de Nueva York en un incendio.


Fue finalmente en  el año 1910, durante un Congreso Internacional de Mujeres Socialistas, que la alemana Clara Zetkin, propuso que se estableciera el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, en homenaje a aquellas que llevaron adelante las primeras acciones de mujeres trabajadoras organizadas contra la explotación capitalista.

Este hecho es el que quieren representar en la Plaza de las Nieves en el Palmar el próximo 15 de Marzo por la noche. Es una fecha que coloqué  en mi  calendario en la cocina de Belén, mientras a Pilar se le caía la baba con sus niñas. ¡Ay, qué seríamos sin esas cocinas llenas de confidencias y de ricos olores donde se cultiva la sororidad!

Creo que es un acontecimiento que no nos podemos perder, quienes creemos que no se puede dar ni un paso atrás en los derechos, que con tanto sufrimiento hemos conseguido.

Y sobre todo, porque han puesto tanto interés, inteligencia, ilusión, trabajo,
dedicación, amor, coordinación y enredo que será espectacular. Y los esfuerzos merecen la recompensa y la entrega de toda la gente de bien. Yo creo, sinceramente, que en este país somos más que las del mal. A mi edad, no creo sino en una sola bandera: la igualdad de oportunidades.  La mejor seña de identidad. 

Gracias a toda esta gente de mi barrio que se está dejando el pellejo en esta obra que hacen además, conjugando responsabilidades profesionales y familiares. 

Por mi parte, allí estaré en primera fila, con mis amistades de siempre, celebrando que la igualdad como el cariño verdadero, ni se compra ni se vende.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *



El contenido de los comentarios a los blogs también es responsabilidad de la persona que los envía. Por todo ello, no podemos garantizar de ninguna manera la exactitud o verosimilitud de los mensajes enviados.

En los comentarios a los blogs no se permite el envío de mensajes de contenido sexista, racista, o que impliquen cualquier otro tipo de discriminación. Tampoco se permitirán mensajes difamatorios, ofensivos, ya sea en palabra o forma, que afecten a la vida privada de otras personas, que supongan amenazas, o cuyos contenidos impliquen la violación de cualquier ley española. Esto incluye los mensajes con contenidos protegidos por derechos de autor, a no ser que la persona que envía el mensaje sea la propietaria de dichos derechos.