Depresiones masculinas: depresiones enmascaradas

Debido a la invisibilidad de la depresión masculina, muchos hombres están sin diagnosticar, causando daños y perjuicios a sí mismos y al entorno. Es una consecuencia del androcentrismo. En efecto, el patriarcado ha visibilizado fundamentalmente la depresión femenina a tal punto, que ha dejado fuera de juego la depresión masculina.

No obstante, la depresión afecta tanto a los hombres como a las mujeres. La diferencia está en los síntomas. Así en los hombres deprimidos los sentimientos que frecuentemente emergen son la ira y la rabia en vez de la tristeza. Se enfadan, se irritan, pudiendo ser agresivos.

La ira y la agresión pueden ser síntomas de la depresión masculina. Así pues, la sintomatología depresiva masculina se caracteriza por: aislamiento, irritabilidad, impulsividad, agresividad, pérdida de interés por el trabajo, cansancio, agobio, abandono de pasatiempos, descuido familiar, accidentes de coche, actividades de riesgo, accidentes durante el ejercicio físico, enfermedades físicas, adicciones (alcohol, drogas, sexo, pornografía, videojuegos, ludopatía), infidelidad, suicidio. Malestares psicológicos se manifiestan en los hombres de una manera física: trastornos del sueño, pulso cardiaco acelerado, presión en el pecho, dolores de cabeza, problemas digestivos.

Muchos hombres recurren al ejercicio, al alcohol, las drogas y/o el sexo como formas antidepresivas. Son defensas maníacas. Son formas de «automedicación».

Los hombres –consecuencia de la educación– tienden a ocultar las emociones y los sentimientos, particularmente aquellos que tienen que ver con la tristeza, el aburrimiento, el cansancio, el agobio, el vacío. Por ello, las depresiones masculinas a menudo suelen caracterizarse por la heteroagresividad y el «acting out» o paso al acto.

Los «acting out» o pasos al acto son muy comunes en los hombres deprimidos. Se «desahogan» en el actuar, ya que tienden a evitar los conflictos emocionales y los sentimientos. Estos pasos al acto son acciones impulsivas que sustituyen a la palabra, y que permiten expulsar, de manera disfuncional, al exterior de ellos la depresión, la angustia o la ansiedad que llevan dentro.

Los pasos al acto tienen que ver con la dificultad de simbolizar, de representar los conflictos; de poner palabras a lo que (les) ocurre. Forman parte de los mecanismos de defensa, los cuales median entre la reacción y los conflictos emocionales o las amenazas externas.

Estos pasos al acto consisten en explosiones de violencia ante situaciones que generan depresión, angustia o ansiedad y que escapan al control. Es decir, muchos hombres, enfrentan conflictos y amenazas por medio de acciones impulsivas en vez de reflexionar. Traducen en acción conflictos no racionalizados.

Otros síntomas característicos de las depresiones masculinas son: la reticencia a pedir y buscar ayuda, tienden a proyectar al exterior, tienden a culpar a otras personas de sus problemas, tienden a atacar cuando se sienten heridos, predomina la vergüenza más que la culpa, profundo sentimiento de frustración a partir de la sensación de no ser amados o admirados lo suficiente; impotencia y sensación de perdida de control.

Las depresiones masculinas no avisan, se ocultan, se silencian y en consecuencia, suelen ser menos diagnosticadas que las femeninas. Y por ser menos tratadas, las consecuencias pueden ser mortales.

La presión ejercida por las exigencias de la propia masculinidad puede llegar a potenciar la gravedad de la depresión. Clarín, en su libro «las depresiones» deja claro las características culturales de la depresión en los hombres, un problema a su juicio subdiagnosticado. Se trata de una depresión enmascarada que por lo general pasa desapercibida a muchas personas profesionales de la salud. Por ello, el tratamiento de las depresiones masculinas requiere un cambio de enfoque sociocultural así como una redefinición, sintomática sobre todo, de manera a añadir en dicho diagnóstico síntomas como la irritabilidad, la violencia, el abuso de sustancias, los accidentes «somáticos», entre los más destacado, y síntomas físicos como dolores poco definidos y síntomas vagos.

 

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