La Laguna del Rey
Muchas veces, reconozco que empiezo a repetirme mucho, he dicho que es la Humanidad la que necesita cuidar el planeta, porque cuando se harte dará un salto y será otra cosa. Ya nadie duda que la energía, ni se crea ni se destruye, sino que se transforma. Por eso creo que el descuido o el maltrato que mantenemos con nuestro planeta afecta fundamentalmente al conjunto de los seres humanos. Sin duda, la tierra seguirá existiendo de una manera u otra.
Prueba de la inmensa capacidad que tiene la naturaleza para volver a su ser, la estamos contemplando estos días que vivimos confinadas en nuestras casas, para hacer frente a la pandemia del coronavirus.
Esta semana me ha llegado unas fotos de cómo la Laguna de Villena, tras las últimas lluvias, ha vuelto a acoger numerosas aves que hace muchos años no nos visitaban. De la misma manera, que vemos en nuestros mares delfines jugando libremente o familias de patos que se pasean por nuestras ciudades.
La Laguna me llena de ilusión, alimenta mi alma porque la Finca El Cerezo, donde se desarrolla el proyecto por el que me he desvelado tantas noches, está enclavada en ese Paraje Natural. Recuerdo que cuando llegamos, hace veinte y tantos años, me llamó mucho la atención el color de esa tierra, la Acequia que partía una enorme cantidad de tierra en dos, la existencia de saleros en la zona, etc.
Por eso, lo primero que hicimos fue un estudio de esa zona. Con Antonio Pastor, Pio Hernández, Luz Pérez Amorós y Juan José Díaz, realizamos todo un trabajo desde la geografía, geología, historia, arqueología que además, concluyó con un documental que se llamó La Laguna del Rey.
Hicimos una infografía espectacular, algo muy usado en estos momentos en los medios de comunicación, pero muy novedoso y costoso en aquella época. Recreamos La Laguna. Recuerdo que Pepe Bernabeu, que gestionaba la Empresa de Reciclados del Mediterráneo, nos ayudó mucho para poder editarla. Vienen a mi retina las imágenes de la grabación que se hizo en la Casa Colorá, el abuelo que contaba la historia al lado de un fuego encendido en pleno verano, gracias a Encarna.
Recuerdo que para grabar la recreación de la laguna tuvimos que desplazarnos a Corral-Rubio y Pétrola, en Albacete, porque la nuestra no tenía agua. Considerábamos fundamental y necesario hacernos una idea de cómo era nuestro entorno antes de que el Rey Carlos IV ordenara la desecación para llevar el agua hasta la huerta de Elche.
Llegan estas aves en un momentos en el que nos estamos planteando la necesidad de un cambio fundamental en nuestro estilo de vida, en la búsqueda de formulas más sostenibles con el entorno, en la necesidad de respetar los espacios naturales.
En aquel momento nos tildaron de personas chifladas y eso que nuestra pretensión era solamente conocer el espacio que nos acogía, saber el porqué de los distintos colores de la tierra, el sentido de los yacimientos arqueológicos de la zona, tanto los de sílex como los de cerámica, entender porqué las aguas dulces y saladas convivían armoniosamente. Y también para qué servía la Acequia del Rey, aparte de para ser un magnífico criadero de mosquitos.
Soñamos incluso, con recuperar un trocito de la finca para conservar los tamarix y desarrollar el fartet, pero no fue posible. Para un cambio así hace falta algo más que una asociación sin ánimo de lucro, que quiera convertir la recuperación de un espacio natural en un espacio de recuperar personas y oficios.
Por eso me ha alegrado esta semana la llegada de una campaña, a la que me he sumado, que plantea la recuperación de una parte de esa Laguna.
Una de las entidades que apuesta por esta reflexión es la Asociación Salvatierra que manifiesta los siguiente:
No se puede tratar a este espacio como un problema continuo que debe ser tratado periódicamente, sino como un sistema vivo que emblema el escudo de nuestra ciudad y que fue sin duda desde su llegada, el recurso natural que antaño dio vida a los primeros asentamientos humanos.
Nuestro objetivo, el vuestro y el mío como Asociación, es la de transmitir y activar un modelo de gestión de la Laguna de Villena y la Acequia del Rey que sea compatible con la conservación del espacio natural, la actividad económica y residencial y el bienestar social”.
Estoy completamente de acuerdo en que, quizás aprovechando que la aves han vuelto a aparecer por la Laguna, es el momento de reflexionar serenamente en cómo se puede recuperar ese espacio de la manera más natural posible. Recuperar un ecosistema tan rico permitiría conseguir una mayor sostenibilidad en ese paraje, posibilitaría un ecosistema más apropiado y quizás hasta los mosquitos encontraría un hábitat más cómodo para ellos y más vivible para quienes residen en la zona. La belleza de estas imágenes es una invitación a realizar un esfuerzo de estudio, creatividad y valentía política para dar a las aves lo que es de las aves y a Villena lo que es de Villena
Fotos de Santi de Villena Cuéntame