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Carta a Mariquita del Pino

 

Hace años, muchos ya, en el Canarias7, cuando hacíamos el suplemento especial de las Fiestas del Pino, solía empezarlo con una carta dirigida a Mariquita del Pino. Era la manera que tenía de unirme al sentir generalizado del pueblo grancanario en el momento de la gran fiesta insular.

 

En esta edición nada es igual, ni parecido a lo que se suele movilizar en septiembre en Teror, como tampoco lo es en mi ciudad de acogida, Villena que celebra también la misma fiesta en honor a la Virtudicas.

 

Así es que en este año del coronavirus quiero volver a decirte:

 

Queridísima Mariquita del Pino

Espero que al recibo de ésta carta estés bien. Me pregunto cómo estarás viviendo desde el cielo esta particular pandemia. Imagino que con el buzón abierto y el corazón atento para atender tantas solicitudes como te estarán llegando. Este año más que nunca pidiendo  protección y ayuda para hacer frente a este virus que ha venido a visitarnos y no tiene ninguna intención de irse.

En esta edición no tenemos que preocuparnos por si hace mucho calor para celebrar la romería o quién ostenta la representación del Rey en la función religiosa. La realidad se impone y la mejor ofrenda que podemos ofrecerte es  hacer frente con humildad y sin chulería a esta situación que nos está afectando en todos los frentes: sanitario, económico, social, emocional y lúdico.

Cada año, como bien sabes, tal día como hoy se subía la bandera en medio del repique de campanas, mientras estallaban los voladores y los gigantes y cabezudos bailaban al son de la charanga de Teror. Hoy nos queda colocar las siete estrellas verdes en los corazones, escuchar en lontananza las campanas desde las radios y las redes sociales e intentar no hacer el papagüevos en nuestra vida, respetando las directrices que nos van llegando de las autoridades competentes, aunque a veces no se compartan.  Ya sabes que cuando pasan acontecimientos de esta categoría aparece gente experta en todas las materias. Forman parte de quienes se han graduado en la universidad de la soberbia y quieren ampliar su curriculum a base de pronunciamientos y análisis de todo tipo.

Debes estar preocupada por todos estos vaivenes, esa dificultad para afrontar la situación y que se produzcan los resultados esperados; esa incertidumbre que genera malestar, esa sensación de no saber hacia dónde vamos, ese miedo de si nos va a tocar, esa preocupación del reguero de sufrimiento que producirá esta pandemia.

Ya en otras ocasiones hemos hablado de la importancia que tienen los servicios públicos cuando se producían los recortes. Y claro, cuando recortamos en lo que es de toda la ciudadanía y viene el tío Paco con las rebajas, lo pagamos muy caro. Ahora son más necesarios que nunca y debemos cuidarlos y protegerlos.  Y eso solamente se mide en presupuestos.

En fin, que pocas veces es tan necesario como este año que se cumpla esa jaculatoria que oía repetir a mi abuela y después a mi madre cuando llegaba el final de las fiestas e íbamos a despedirte antes de la subida al camerino: Madrita mía del Pino, danos salud y suerte para que el año que viene podamos volver a verte. A lo que yo añadiría y celebrarte. Porque este año, el Pino debe tener otro tipo de celebración. La creatividad es una de las riquezas de este país. Pondremos música en los altavoces, en las redes sociales, comeremos un bocadillo de chorizo con el clipper de fresa en la azotea de casa, unas truchas de Benítez para celebrar que sigue la tradición, sacaremos el timple en grupos pequeños, usaremos las mascarillas porque por lo pronto, junto a lavarnos las manos y mantener la distancia física, que no social, son las únicas cosas que sabemos son eficaces. Cuando sepamos algo más lo iremos haciendo.

Así es que Mariquita del Pino, seguro que tu no te haces mayor problema por este cambio de sentido de la fiesta, porque lo que de verdad te importa es que la gente sea feliz.  Y para eso tendremos que prepararnos porque el otoño se presenta necesitado de generosidad de corazón, cabeza fría, organización y creatividad.

Lo dicho, danos salud y suerte para que el año que viene podamos volver a verte y celebra tu fiesta. Un beso virtual.

PD. Ayúdanos también a acabar con este terrorismo machista que no cesa.