Las que se van…se quedarán
Esta semana ha sido emocionalmente muy intensa. El final del mes de octubre, antesala del día de las personas difuntas, nos ha sacudido particularmente a las mujeres feministas.
Nos conmovía la noticia de la muerte de Carmen Alborch, la ministra colorista, feminista y vitalista que formó parte del gabinete de Felipe González. No seré yo quien intente añadir nada más a la cantidad de calificativos que esta semana se han dedicado a esta brillante mujer.
Ayer, estábamos preparando la marcha de otra mujer sonriente, luchadora, cámara en ristre para sacar lo mejor de nosotras. Dori Fernández pasó a otra fase. Se fue esta vasca, afincada en tierras andaluzas, feminista y creyente. Sí, si lo decía Charo Marmol ayer en su recuerdo, era creyente.


Esta semana, el presentador de una cadena de televisión compartía en los medios de comunicación y en las redes sociales, lo que le había costado la compra de su hijo. Y lo hizo con una expresión clara y contundente. Podría ponerle a su hijo el nombre de Altagama porque le costó, pagó un precio tan alto, como el de un cochazo de esos que solamente se pueden pagar algunas personas privilegiadas.