No es No

Me pregunto si se puede decir alguna cosa nueva, aparte de las ya expresadas, desde que ayer conocimos la sentencia del juicio de la llamada manada. Probablemente no. Hemos visto expresiones de rabia en caliente, lecturas de la setencia sosegadas, manifestaciones por doquier poniendo en evidencia que No es abuso, es violación, firmas para solicitar la inhabilitación de quienes han dictado tamaña barbaridad, pronunciamientos públicos desde partidos políticos a monjas de clausura, pasando por medios de comunicación y artistas famosas.Podemos decir que una buena parte del país está en shock. Ese es al menos mi caso y el de mucha gente a mi alrededor porque vivimos esta sentencia como un castigo: castigo a las mujeres, castigo al éxito del movimiento feminista del día 8 de Marzo, castigo a la insolencia de querer una sociedad igualitaria, castigo al no es no.

Debo reconocer que el espectáculo mediático que nos ha ofrecido la clase política esta semana ya me dejaba un sentimiento de orfandad, de abandono (y me consta que hay mucha gente en política comprometida que no sale en los medios) pero la sentencia de ayer me produjo un escalofrío, una sensación de vulnerabilidad, de desprotección e inmediatamente de rabia.

La calle, ese espacio emblemático que tantas conquistas ha propiciado, se me ocurría la mejor manera de hacer frente a esos sentimientos, la única capaz de parar esa segunda violación que ayer se firmó en Pamplona contra todas las mujeres. Y en unas horas, todos los ayuntamientos de España, todas las plazas se llenaron de mujeres y también de hombres que gritaban una y otra vez: no es un abuso, es violación. Yo te creo, hermana.

Tengo una hija a la que le gusta salir, llegar a casa de madrugada, que se conoce todas las clases de cerveza del mundo mundial, a la que he querido educar como a mis hijos: seguros, libres, con entusiasmo por lo que hacen. ¿Tengo que decirle que se esté quieta si algunos animales racionales quieren mostrar su fuerza? ¿Que se deje hacer porque sino puede perder la vida, como Nagore, que opuso resistencia? ¿Tengo que decirle que lleve algún arma para defenderse? ¿Que la calle es peligrosa? ¿Que está trabajando para pagar un sistema que no la protege? ¿Qué le decimos a nuestras hijas, a mi Dana y Kiara, a Cristina a Carla a todas ellas?.

Esto no puede quedar así. En este momento solamente nos queda la movilización en la calle, el apoyo a las asociaciones de juristas que trabajen este tema, a los partidos políticos que realmente hagan una apuesta real por la igualdad y en contra del terrorismo doméstico que se ha instalado en nuestra sociedad. Se ha cruzado una línea muy muy peligrosa.

Ayer, una viñeta decía que cuando una sentencia convierte una violación colectiva en un «abuso» desaparece el respeto a la Justicia. Con este tipo de comportamientos no solamente se pierde el respeto, se pierde la confianza. Y si ya la relación que existe entre la ciudadanía y la justicia es bastante deficiente, estas situaciones no la acercan.

Para más inri, dos de los miembros de la manada, cobran el setenta y cinco por ciento del sueldo a cargo de los presupuestos generales del Estado. Uno, por militar y el otro porque forma parte de los Cuerpos y Fuerzas eso si, cuerpo y fuerza han mostrado en sus vídeos que tienen, lo de Seguridad del Estado, está muy por ver.

Yo seguiré participando en las diferentes manifestaciones que se programen. Yo te creo, hermana. Mucho ánimo, no estás sola.

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