El cuidado psíquico en estos tiempos
Quizás enfocar síntomas como el miedo, la ansiedad, la depresión bajo un prisma más constructivo nos ayude a una mayor libertad emocional.
Como suelo explicar en terapia, estos estados anímicos suelen ser como los testigos de instrumentación en el salpicadero de un coche. Estos están codificados por colores que se iluminarán para evitar que rompamos el coche o nos pongamos en peligro. Si los ignoramos iremos direct@s al desastre.
Pues bien, los estados ansioso-depresivos representan los testigos de instrumentación humana que nos indican que algo no va bien. Por ello, conviene darles un espacio y un tiempo de lo que llamamos escucha empática y autobservación. Porque estos estados tienen un para qué, es decir, debemos entender el papel que estos estados juegan en la economía psíquica.
Estos estados anímicos se acompañan de una gran angustia –angosto- basada fundamentalmente en el temor de que jamás se terminará, de que la vida nunca volverá a ser alegre o activa. Una profunda sensación de estar atrapad@s invade nuestra mente, apoderándose de nuestro cuerpo, mostrando una estrechez y rigidez que se refleja en los clásicos síntomas de ansiedad. Sentimientos de vacío y de falta de sentido nos invaden, demostrándonos hasta que punto estamos apegad@s a nuestra manera de existir, a nuestra manera de entender y explicar la vida, dejando poco margen para otras alternativas.
Es en estos momentos que podemos utilizar la menta para algo más que para obstruirnos. Es el momento de deconstruir para volver a construir nuevas maneras de afrontar la vida. Es el momento de poner en práctica lo aprendido sobre la inteligencia emocional, la comunicación, el desarrollo personal.
Podemos empezar la tarea con simples EJERCICIOS DE ESCRITURA sobre cómo nos sentimos, qué nos está habitando en estos momentos, qué nos preocupa, que nos agobia. Mirar de frente sin negar, sin distorsionar, sin camuflar la realidad nos ayudará a encararla de manera realista. Es lo que se denomina AUTOEMPATÍA, la capacidad de acoger compasivamente lo que somos, lo que sentimos. ¿Cómo estoy? ¿Qué siento? ¿Qué es lo importante para mi? ¿Qué es lo que valoro en la vida? De esta manera, me permito otorgar un espacio y un tiempo para digerir. De esta manera conecto con la experiencia de estar aquí y ahora. Eso que tanto hemos oído nombrar pero no sabemos bien cómo. La escritura sin pensar, sin censura, permite a las emociones y sentimientos circular y así mismo disolver sin tener que ejercer un férreo control autoritario y rígido. Haciendo esto ACEPTAMOS lo que somos, lo que nos habita y lo normalizamos, permitiendo así el cambio.
Otra poderosa herramienta es la imaginación, lo que se conoce como VISUALIZACIÓN CREATIVA, el arte de usar la imaginería mental para generar cambios. Se ha utilizado mucho en el campo del deporte, de la salud, de la educación. Se trata de un proceso cognitivo que consiste en generar consciente y a propósito imágenes mentales visuales, creando y recreando percepciones visuales que ayuden a modificar estados de ánimo, emociones y sentimientos. Esta técnica permite calmar el dolor psíquico, ayuda a mejorar la autoestima y la confianza, puesto que nos permite salir de ese estado de indefensión propio de estados como la ansiedad y la depresión. La aplicación terapéutica de la visualización pretende educar a la persona de manera a alterar las imágenes mentales, contribuyendo así al cambio emocional.
En un primer tiempo se trata de generar imágenes desde la memoria, el recuerdo y la imaginación. En un segundo tiempo, se trata de mantenerlas para que resistan en nuestra mente el tiempo suficiente para que se graben en la mente. En un tercer momento, se trata de inspeccionar la imagen, explorándola para elaborarla en detalle hasta transformarla para poder así ya sustituirla a la anterior que tanta angustia nos generaba.
Finalmente podemos hacer muy buen trabajo con la mente si además aplicamos la TÉCNICA DE PARADA Y CAMBIO DE PENSAMIENTO así como las AUTOAFIRMACIONES.
Para el pensamiento, en este caso significaría hallar los pensamientos que nos bloquean o generan malestar, siendo conscientes del impacto emocional que generan. Para ello y al principio mejor por escrito, partimos del hecho que los ha detonado, luego ponemos por escrito los pensamientos y las creencias generadas para terminar plasmando por escrito, las emociones y sentimientos que generan. A partir de este esquema, podemos poner en duda aquello plasmado ¿Y si fuera de otra manera? ¿Cómo sería? Jugar a diferentes posibilidades e interpretaciones, generando así nuevas avenidas neuronales que lleguen directamente a nuestro interior. Al día tenemos entre 40 y 60 mil pensamientos que emergen, por lo que resulta fundamental acotar esta falsa actividad mental compulsiva.
En cuanto a las afirmaciones y autoinstrucciones, se trata de grabarse mensajes que nos ayuden a modificar nuestros estados de ánimo. Son verbalizaciones dirigidas hacia un@ mism@. Es toda una comunicación interna que l@s niñ@s suelen hacerlo con facilidad. Si les observamos atentamente, sorprenderemos a est@s diciendo en voz alta lo que van a realizar, lo que quieren o incluso lo que están realizando. Es como una especie de programación que de manera más formal los adultos la han bautizado PROGRAMACIÓN NEUROLINGUISTICA. En realidad esta programación interior forma parte del aprendizaje.
Ahora bien, será difícil ejercitar estas herramientas tanto y en cuanto no aprendamos a habilitar un espacio y un tiempo para todo aquello que nos altera, inquieta, angustia, deprime. Un espacio y un tiempo que nos permita digerir lo que bulle en nuestro interior. Sin ello, no podremos pasar a la siguiente etapa: habilitar un nuevo espacio y tiempo para cambiar nuestros estados interiores.