Eso que tu me das
Hoy he visto el regalazo que se hicieron Pau Donés, el cantante de Jarabe de Palo y Jordi Evole, en el Valle de Arán. Tuvo lugar dos semanas antes de que el autor de la Flaca, convirtiera su cuerpo en cenizas y su alma volara, entre las montañas, para quedarse eternamente en la tierra, a través de la música.
El título de esa extraña entrevista lo aporta el nombre de la última canción compuesta por el cantante aragonés: eso que tu me das. Con ella, mientras su hija baila en el vídeo clip, se inicia el documental en el que Pau quiere dejarnos un mensaje, su mensaje de vida.
Vive con conciencia, disfrutando de las cosas sencillas que tiene alrededor, de las montañas, de su familia, del río helado donde se baña su hija, yendo a comprar el queso. Y lo hacer al margen del ruido del mundo, de las redes sociales, de la prensa.
Sabe que tiene sus días contados porque aunque el cáncer le dio cinco años de tregua, desde que apareció por primera vez, ahora ya su cuerpo no responde. ¡Y mira que le hubiese gustado hacer los cinco últimos conciertos que tenía previsto!. O haberse quedado unos meses más con su hija en California.
Pero no pudo ser y murió precisamente cuando yo cumplía años, el 9 de junio.
Tenía curiosidad por saber qué es lo que me iba a dar Pau hoy. Reconozco que he tenido demasiada cercanía con esa maldita peste del Siglo XXI que es el cáncer. Y hablar mucho de ella me remueve, me pone ante la posibilidad de que la genética también me juegue una mala pasada.
Pero no, Pau no habló del cáncer, no habló de la enfermedad. Habló de la vida, de disfrutarla a tope, de hacer las cosas que te gustan. Y sobre todo, retengo una invitación: vivir lejos de la frivolidad; esa frivolidad que según el es tan típica del mundo artístico, pero que también se va imponiendo en nuestra vida, como la lluvia fina, casi sin darnos cuenta.
Eso es lo que me ha dado hoy Pau: una enorme lección de humildad, afrontando el dolor y la muerte con naturalidad, no exenta de tristeza. Y lo repite muchas veces: lo que le gustaría es vivir; y unas ganas infinitas de vivir el día a día, con intensidad, con profundidad y alegría. El ya no puede hacerlo aquí pero al menos en lo que de nosotras dependa.
Porque según como se mire todo depende…
Gracias, Pau por lo que nos diste en vida y lo que nos sigues dando después de tu marcha.