Morir con dignidad
Por fin en este país vamos a poder elegir terminar con nuestra vida si la enfermedad nos arrastra a no llevar una existencia en buenas condiciones.
Ha sido una semana en la que vimos un Congreso de Diputados y Diputadas que ha debido poner los pelos de punta hasta los mismísimos leones que presiden el edificio del Palacio de San Jerónimo.
En medio del ruido de quienes piensan que el país les pertenece, buscan solamente la confrontación y no han aceptado que hay un gobierno legítimo con la obligación de sacar adelante su programa de gobierno, salió aprobada por una amplia mayoría, le ley que permite la eutanasia y el suicidio asistido.
Ha sido un largo camino el que ha transitado este proyecto, años dando tumbos sin conseguir llevarlo a buen término. Ayer, por fin, este país dio un paso fundamental para que, quienes queremos morir con dignidad, podamos hacerlo en buenas condiciones y sin poner en peligro a quienes lo realizan.
El reciente caso de Mª José que llegó a solicitar, probablemente el mayor acto de amor a su marido pidiéndole acabar con su vida mientras lo hacía visible a través de una emisión televisiva, volvió a poner en el centro del debate un tema que era un clamor en la sociedad. Debemos poder tomar la decisión de acabar con nuestra vida cuando consideremos que la enfermedad nos lleva a una existencia de dolor, sufrimiento y amargura, tanto para nosotras como nuestro entorno.
Como todas las leyes están para poder acogernos a ella. Nadie está obligado a hacerlo si no es su intención, si no está de acuerdo con ella. Cada persona debe ser libre para hacer ese planteamiento. De la misma forma que podemos tomar miles de decisiones en nuestra vida y danos por hecho que la hacemos con conciencia y buena voluntad, este tramo final de la vida debemos también poder hacerlo sin añadir mayor sufrimiento.
Por eso, en medio de ese fandanguillo en el que se ha convertido los debates del Congreso, es una buena noticia seguir aprobando leyes que nos permiten organizar nuestra muerte sin tener que buscar el dinero para ir a Suiza donde está permitido hacerlo con dignidad.
Por eso, debemos felicitarnos, porque con esta ley damos un paso más hacia la libertad y la dignidad.