La ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, lo expresó claramente cuando salió publicado en el BOE la inscripción en el registro de sindicatos OTRAS, la denomindada organización de trabajadoras sexuales: me han colado un gol por la escuadra. Lo decía con esa voz profunda de castellana cabreada, conocedora de que más que un gol, se le abría un buen melón al recién estrenado gabinete socialista.
El Gobierno más paritario de la historia, reconocido además como feminista, y con un partido que se ha manifestado como abolicionista, se encontraba con un buen marrón al que está intentando hacer frente de la misma manera que las asociaciones feministas: solicitando a la Audiencia Nacional la anulación de este sindicato.
Hoy, en el juicio contra la legalización de OTRAS, Charo Carracero y Sara Vicente, representando a la Plataforma Estatal de Organizaciones de Mujeres por la Abolición de la Prostitución, la Comisión de Investigación de Malos Tratos a Mujeres y la Plataforma del 8 de Marzo, han denunciado que detrás de esta acción se esconde la legalización del proxenetismo y la prostitución.
El reconocimiento de este sindicato, pone en evidencia la existencia de un patrón ante quienes tienen que reivindicar y defenderse las mujeres prostituidas, lo que nos lleva a la legalización del proxeneta lucrativo, algo que está prohibido en nuestro país. Ir en contra de este sindicato no es estar en contra de que las mujeres se organicen, ya que existen numerosas asociaciones desde hace muchos años, sino estar en contra de la legalización del proxenetismo y la prostitución, que es lo que subyace tras la creación de este sindicato.
Esta denuncia ha ido acompañada de un comunicado que he firmado y al que se han adherido miles de mujeres ,porque consideramos que la prostitución es violencia machista, es violación de derechos humanos, y de la dignidad de las personas, y que ni el Estado ni ninguna institución, organismo, o asociación puede apoyar su legalización sin situarse del lado de los opresores. La legalización de la «industria sexual» legaliza la desigualdad entre mujeres y hombres y legitima que sigamos siendo consideradas como objetos, mercancías a explotar. Por lo tanto, no dejaremos que decidan por todas las mujeres.
Durante estos días, previos al 25 de noviembre, fecha reconocida internacionalmente como de lucha contra la violencia hacia las mujeres, la prostitución debe estar en el centro de las acciones reivindicativas. Las pancartas en las diferentes manifestaciones recogerán este fenómeno, porque esta compra de los cuerpos de las mujeres, íntimamente ligada a la trata, es una de las violencias más profunda contra las mujeres.
Sin embargo, este tema no deja de levantar ampollas entre la ciudadanía, los partidos políticos, sobre todo de izquierdas y algunos sectores del feminismo, donde se debate de nuevo la reglamentación de la prostitución. Esto se ha puesto de manifiesto en diferentes comunicados públicos, firma de documentos, pronunciamientos diversos.
Por mi parte, deseo que llegue pronto la ilegalización y que no consideremos trabajo a la compra de los cuerpos de las mujeres. No veo en los planes de formación a la prostitución como carrera, módulo y certificado de profesionalidad, con prácticas. Y si nos encontramos un enorme mercado en el que las mujeres, en su mayoría pobres, caen en enormes telarañas de intereses tras los que se esconden proxenetas, chulos, puteros..
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