Hugh Thomas es un prestigioso historiador que siempre habla muy en serio, y ahora me ha sorprendido al decir que Carlos V, Hernán Cortés y Francisco Pizarro son los «gigantes» de la Historia de España. Es tan desmesurada la afirmación, que causa sorpresa precisamente por venir de quien viene, porque ya sabemos qué clase de tipos fueron Cortés y Pizarro, unos personajes siniestros, sanguinarios, fanáticos, analfabetos y obsesionados con el poder a cualquier precio. Si esos son los gigantes, es un milagro que exista España.
En cuanto a Carlos V, no dejo de reconocer que nunca España fue más poderosa que en su reinado, pero casi todo le venía de herencia, y encima es el gran valedor del catolicismo en su guerra contra los luteranos. Fue en ese momento, a partir del Concilio de Trento y las guerras de religión, cuando España entró en un túnel del que muchos siguen empeñados en que no salgamos, y que nos condenó al vagón de cola de Europa, siendo como éramos un imperio. Si miramos bien, aunque los protestantes, anglicanos y calvinistas tampoco ataban los perros con longanizas, los avances científicos y de pensamiento tuvieron lugar fuera del ámbito católico, cuyo brazo armado era España. Estoy convencido de que momentos de cambio y esplendor del pensamiento, el arte y la ciencia como el Renacimiento o personajes como Leonardo Da Vinci no habrían podido prosperar en tierras católicas después de la Contrarreforma. Lo que ocurrió con Galileo es el paradigma de esa cerrazón, y a partir de entonces los grandes avances científicos, las rupturas artísticas o la filosofía fueron cosa de alemanes, ingleses, holandeses y franceses, estos últimos a contracorriente porque estaban en medio.
En España, el Barroco se mueve alrededor de La Iglesia y de la Corona casi exclusivamente (Velázquez, Murillo, El Greco, Claudio Coello…) Lo demás no existía, y sólo hay que echar una ojeada a la lista de ilustres del Siglo de Oro literario para comprobarlo: frailes y monjas como San Juan de La Cruz, Santa Teresa o Fray Luis de Granada, clérigos pata negra como Góngora, Tirso de Molina o Gracián y curas tardíos como Lope y Calderón (no olvido a Sor Juana Inés de la Cruz, Quevedo y Fray Luis de León, que por heterodoxos tuvieron muchos problemas). ¿Quién queda fuera? Cervantes, que se acogió indirectamente a La Corona y fue apadrinado por Don Juan de Austria, el hermano del rey. Todos grandes, por supuesto, pero estoy seguro de que habría más si el contexto hubiera sido otro. Por eso me extraña que Hugh Thomas dé a Carlos V categoría de gigante cuando fue el origen del gran cerrojazo español y latino que ha durado siglos.
3 opiniones en “Hugh Thomas y Carlos V”
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Pese a que lo que dices es cierto, no quita razón a Hugh Thomas.
Empezando por Carlos I y V de Alemanía , si le venía todo dado el hizo que no se perdiera como le pasó a Felipe II, es un Rey extraño, con él España fue el Imperio y eran temidos los tercios en otros paises. Pero lo extraño es que se metiera en el monasterio de Yuste dejara en vida el Trono a Su hijo y se retirara a meditar, estaba cansado y supongo que algo más pero no hay otro caso como este.
Hernán Cortes fue un hombre al que cofundieron con un Dios cuando llego a Méjico, en la leyenda de ellos decía que vendría un honre del Sol, y al llevar armadura se reflejó el sol en ella y lo adoraron como a un Dios, Lo que hizo fue tremendamente sanguinario pero quien está en sus cabales para llegar a un lugar que ni sabía que existía y se nombrara rey, un genio. Thomas no dice si genio o gigante fuera de conducta moral acertada o licenciosa.
Pizarro otro descubridor sanguinario, era lo que había, o matas o te matan, son hombres excepcionales que no quiere decir ni buenos ni malos sino irrepetibles y esas culturas mayas actecas aín no podian imaginarse que fueran invadidos por hombres más allá de sus fronteras.
Entiendo que quiere decir eso, hombres irrepetibles que pasaron a la Historia por aventureros y conquistadores «POr el Imperio hacia Dios» y ya que pones la nota literaria que no voy a repetir Cervantes apadrinado por ese hermano bastardo que de niña era Je´romin. una película sin pies ni cabeza para mi, pero las ideas de Reyes como la de Felipe II etc me lo puso en su punto exacto mi padre.
Con Carlos I España estaba en su fulgor para ir decayendo como Imperio más adelante pero hombres extraños fueron esos tres, excepción de los dem´s.
Lo de Carlos I (que V era de Alemania) era muy parecido a lo de su muy lejanísimo descendiente, hoy tan actual, el lleno de odgullo y satifació: Yo me presto al juego manteniendo el chanchullo y vivo como Dios, mientras mis testaferros van a la cárcel a causa de mis negocietes.
Lo de Hernán Cortés parece más producto de la lírica Sudamericana, hoy tan en boga, de que los españoles eran sanguinarios destructores de culturas, si por cultura se entiende aquella que hacía bajar a chorros la sangre humana por las pirámides a diario, entre otras lindezas. Pero queda bien eso, los poemas de Neruda, París y Cortázar, siempre que se tape que la mayor cantidad de sangre americana la han derramado los americanos, como son suyas las mayores atrocidades, por no hablar de dictaduras. Y si hablamos de espíritu protestante, qué vamos a decir de los mayores puritanos metodistas de la Historia, que ni todos los papas de Roma juntos han matado a la mitad de personas ni han tiranizado como los ilustrados habitantes de Norteamérica.
Lo de Pizarro está comentado en #1.
Hugh Thomas tiene unos puntos discutibles. Pero se limita a ver las cosas en prosa.
Supongo que costará aceptarlo, pero así es: Los Reyes eran mentira, pero las revoluciones, también. Aunque hayan tenido delirante poesía y canciones pegadizas: Llegó el Comandante y mandó a… matar.
Las Revoluciones nacen siempre de una necesidad de cambio total y brusco, la Independencia de América inspira a los Fran ceses, muchos de ellos provienen de la Revolución de la Independencia americana como La Fayette, que siendo Noble, (Y muy guapo ) se trajo de recuerdo la argoya en la oreja, símbolo de los piratas según que cabo pasaran, es decir de luchador.
Acabaron con la Monarquía ideologicamente y fisicamente, para no tener problemas, esos hombres que empiezan la Revolución son hombres irepetibles, Danton contra Robespuerre, por ejemplo, emoiezan jubtos un proceso de cambio para terminar asesinados de la misma forma que ellos lo hicieron, tema para otras revoluciones, todo muy rápido que no puede consolidarse.
Pero esas ideas irán recorriendo Europa, como diría Marx en su manifiesto Comunista, creo que ninguna revolución ha terminado con el objetivo de como ha comenzado, ya ves Sergio, ni con la del Comandate que mandó parar, ni con aqui se queda la clara, etc etc, pero mentiras no fueron, los reinados si, porque siempre han estado por encima del pueblo que les ha tocado gobernar.